Entrenan universitarios a futuras generaciones

AutorTania Romero

Jaime Abraham Pérez Zunun tiene 11 años y va en quinto de primaria; reprobó el primer grado. Sus tres hermanas mayores ya dejaron la escuela, una estaba en bachillerato, las demás, en secundaria. Su mamá sólo terminó la primaria. Hoy, Jaime confiesa tímidamente, sentado en una banca en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), que le gustaría cursar una carrera, aunque aún no sabe cuál.

Gustavo Gaspar Jiménez estudia el octavo semestre de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el IPN; nunca había trabajado con niños, pero ahora, como parte de su servicio social, es mentor de Jaime, labor que realizará durante 10 meses.

"Jaime es muy introvertido, estamos trabajando en su seguridad para que pueda expresarse, diga lo que no entienda y se desenvuelva más en la vida, sin temor a represalias, a ser buleado, que se rían de él. Me gustaría que esta experiencia lo motive a decidir seguir estudiando", cuenta Gustavo.

Este binomio se formó como parte del programa Peraj México, en el que universitarios realizan su servicio social fungiendo como mentores de niños de entre 8 y 12 años, de escuelas públicas, con la idea de ayudarlos académicamente y de fortalecer habilidades sociales y aspectos como autoestima, para que consideren la educación como una vía de aspirar a un futuro más exitoso.

Armando Jinich, presidente de este programa, está convencido de que las mentorías que brindan los universitarios ayudan a disminuir la deserción escolar y a fincarles metas académicas, que quizá no tienen en su contexto social y familiar.

"La OCDE habla de qué tan importante en la educación son las habilidades duras, el conocimiento duro, lo que sé; pero también de las habilidades suaves, qué tan bien sé relacionarme, qué tanta confianza tengo en mí mismo, qué tantas expectativas tengo en el futuro", indica Jinich.

"Es importante que los jóvenes adquieran eso desde pequeños. Sabemos que un niño que convive con adultos que se preocupan por él tiene muchas más probabilidades de ser exitoso, que si siente que qué más da estudiar o que, incluso, su familia le diga que estudiar no sirve, pues no encontrará trabajo".

México tiene una de las proporciones más bajas de estudiantes de entre 15 y 19 años matriculados entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y presenta un índice de deserción escolar de casi 50 por ciento, el cual se atribuye a distintos factores como rendimiento académico, contexto personal y familiar, políticas educativas y condiciones del mercado laboral.

Entrevistados por la Organización, algunos desertores señalaron como la principal razón para interrumpir sus estudios la falta de interés en la escuela, ya que les servía de poco o era inadecuada para sus intereses o necesidades.

A través de los tutores universitarios, Peraj intenta que los niños de...

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