Entrevista / Diego Luna / 'Nunca hay que decir nunca'

AutorMiguel de la Vega

Foto: Enrique Ortiz

Primera llamada... Debajo de la barba hipster y el cabello largo, ahí sigue la cara del niño que creció en los escenarios. Y, cuando habla, su voz es la de una joven leyenda que actúa, dirige, produce, agita, se manifiesta y anda con tenis rojos.

Segunda llamada... Hace unos meses estaba en la Casa Blanca, al lado de Barack Obama, para promover su película sobre el líder chicano César Chávez. Hoy está en una casa rosa mexicano de la colonia Roma para hablar del drama del cine, de la cursilería con sus hijos, de la soledad del director y de su regreso al teatro con Cada vez nos despedimos mejor, un monólogo dirigido por Alejandro Ricaño.

Tercera llamada, tercera... con ustedes, Diego Luna.

Veo que no traes guardaespaldas...

No, jajaja.

Y hace mucho que no protagonizas un escándalo sexual...

Jajaja.

¡No eres una estrella de cine normal!

No hay estrellas de cine en nuestro país, eso no existe.

¿Por qué?

El cine mexicano no es una industria que viva de los boletos que vende, no hay un solo actor o actriz que te asegure una taquilla. Cada vez hay más historias de éxito que nos anuncian que, eventualmente, se puede llegar a construir una industria un poco más sana.

¿Qué se siente ser un icono a tu edad?

Tengo la libertad de hacer lo que me gusta y, sobre todo, de hacerlo como me gusta.

George Clooney va por un cargo público, ¿te imaginas en San Lázaro?

Jajaja. No, no, no... Justamente si algo he podido construir es una cierta credibilidad. He tratado de utilizar los micrófonos y la atención que generamos para temas que me parecen importantes, pero redireccionándola a aquellos que tienen que estar hablando.

¿Crees que se dé un cambio?

Tengo la sensación de que, con la estructura del país, las cosas no van a cambiar. Los cambios tienen que ser de raíz. La gente que está en el gobierno no piensa a largo plazo. Todo empieza y termina en el sexenio.

Pero por algún lado hay que empezar.

Sí. Una frase de la película de César Chávez que me gusta mucho: nos tenemos que dejar de ver como víctimas, nosotros somos parte de un problema. En el momento en el que nos reconocemos, podemos ser parte de su solución.

¿No habrá charolastra con charola?

Jajaja. No, no creo que vaya a pasar eso. Disfruto mucho ser quien soy y hacer lo que hago desde mi trinchera.

¿Qué le falla al cine mexicano?

Los que hacemos cine vivimos de filmar, no de vender boletos. El cine que producimos en este país está pagado con fondos públicos, incentivos fiscales. La...

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