Entrevista / Juan Villoro / '¡Árbitro ciego!'
| Autor | Roberto Zamarripa |
Laureado hace apenas unas semanas con el Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán por sus trabajos narrativos sobre el futbol (Los once de la tribu, Dios es redondo e innumerables crónicas sobre partidos e incidencias dentro y fuera de la cancha), Villoro habla en entrevista sobre sus gustos y preocupaciones por la irregularidad del futbol mexicano y el rezago democrático del país.
Primer tiempo
¿Qué llegará primero: una democracia plena o un campeonato del mundo?
Es más fácil tener una democracia perfecta que un campeón del mundo. Hay muchas democracias y hay muy pocos campeones del mundo. Ése es un club mucho más selecto. Ojalá tuviéramos las dos cosas.
¿Por qué los mexicanos tenemos tanta pasión por el futbol si nunca hemos ganado nada (salvo el campeonato sub17 que sería una excepción que marca la regla)?
Tenemos una pasión compensatoria por el futbol. Con frecuencia la algarabía que la gente monta en las tribunas es mucho más importante que lo que sucede en el campo. Esto tiene que ver con la forma en que organizamos ceremonias, fiestas y muchas de las reuniones familiares e incluso tribales que tenemos en México. En su libro Fenomenología del relajo, Jorge Portilla dice que lo más importante para un acontecimiento colectivo es que pueda reunir a mucha gente. Y que, una vez que la logra reunir, el pretexto que sirvió para que estén ahí se borra un poco; lo que importa es el dinamismo de la fiesta. Si vemos los jolgorios que organizamos en el puente Guadalupe-Reyes nos damos cuenta que el estar juntos, la opción de dicha colectiva es mucho mayor que el motivo que nos congregó.
Algo parecido pasa con la Selección o con el futbol. El partido nos lleva al estadio o nos reúne en compañía de nuestros amigos y unas caguamas frente a la televisión. Una vez que empieza el partido, es mucho menos importante el resultado que el hecho de estar juntos y estar celebrando nuestro propio juego. Esto explica, en parte, que tengamos una afición muy fiel a sí misma más que al juego. Por eso he dicho un poco en broma que si hubiera un Mundial de aficiones, posiblemente estaríamos en la final.
Valdano ha dicho que la televisión transforma el juego. ¿Cómo altera eso la parte clanesca, tribal, de la que hablas?
Han cambiado muchas cosas con la televisión. Una de ellas es la necesidad de jugar cada vez más partidos. Esto es muy grave porque elimina los plazos de asimilación sicológica de los resultados por parte de los jugadores. Si tienen una derrota el martes...
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