Entrevista / Élmer Mendoza / 'Soy el jefe de la narcoliteratura'

AutorMiguel de la Vega

FOTOS: CARLOS FIGUEROA

Quien conoció el éxito a los 49 años no tiene tiempo para andarse con falsas modestias. Por eso, Élmer Mendoza, a sus 63, no duda en considerarse un capo literario.

Cualquiera que haya leído sus obras seguramente se ha creado una imagen del escritor que nada tiene que ver con la realidad. El autor no es como lo pintan: no es un tipo bronco, ni rudo. Y, claro, tampoco anda armado.

Uno de los autores mexicanos más aclamados a nivel mundial en novela negra, tiene en realidad el aire de un afable profesor universitario. Es de hablar pausado y sereno, sin aspavientos.

Pero, cuidado, no hay que bajar la guardia, porque detrás de esa suavidad de maneras está un obsesivo escrutador del lugar, de las palabras, de las personas. Un novelista, pues.

¿Cómo pasa un ingeniero a ser escritor de best sellers?

Así -y hace un movimiento con las manos, como si corriera un velo para descubrirse a sí mismo-; primero tienes que tomar la decisión y te tardas mucho en tener éxito. Tienes que vivir un proceso de madurez como persona y como escritor.

¿Un proceso de carencias?

Sí, de carencias, pero sobre todo de escritura. Poco a poco te vas haciendo de los instrumentos que después te van a ayudar a contar todas las historias que quieres contar. Cuando ya estás listo, es como una revelación. Nadie te lo dice.

¿Cómo sabe que ya está listo?

Porque un día escribes veinte páginas y no suenan igual a las que habías escrito antes: corren y tienen musicalidad.

Visto a la distancia, ¿qué queda del ingeniero?

Nada, jajaja.

¿Cuántas veces reescribe un texto?

No sé, muchas. Para mí ser escritor es ser capaz de hacer reescritura.

¿Tiene alguna manía, algún ritual?

Sí, hablo con Dios, hago ejercicio, tomo té verde.

¿Siempre es igual?

Eso es en las mañanas. En el segundo periodo, puedo fumar o puedo tomar café. También leo trozos de ensayo, poemas. Hago ejercicios de músico para escribir. Son mis manías.

¿Por qué lee poesía antes de empezar a escribir?

Como la poesía no es fácil de comprender, siempre contribuye a conectarte las partes del cerebro cuando vas a inventar una historia.

¿Encuentra poesía en la violencia?

Claro. Un poeta que ganó el premio Aguascalientes que se llama Jorge Humberto Chávez -la mayoría de sus poemas son sobre Ciudad Juárez- hizo uno sobre el asesinato de un chico de 13 años por un agente de la migra. Es un poema altamente violento. Es otro código.

A propósito de la violencia, el gobierno de Enrique Peña Nieto dice que cambió la...

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