Envuelve Chopin a Pietro de Maria

AutorErika P. Bucio

"Chopin era mucho más que el poeta del piano, y, a veces, el peligro de su música es que se toque de manera muy sentimental", considera el pianista italiano Pietro de Maria (Venecia, 1967).

"Hay mucho dramatismo y contraste en su música. Es mucho más que el poeta de piano", insiste: "Era un maestro de la armonía".

Lo ejemplifica con su Mazurca Op. 50, No. 3, donde "existe un pasaje que es tan cromático" que si sólo tocara ese pasaje sonaría casi a Wagner.

Desde niño, Chopin está en la cabeza y en el corazón de De Maria.

A los ocho años, pedía a su profesor de piano que le enseñara a tocar algunas de sus obras. Y sus padres, melómanos, ponían en casa los discos de Arthur Rubinstein tocándolo, y todavía ahora siente fascinación por su fraseo libre y equilibrio: "Rubinstein es un lenguaje y habla cuando toca a Chopin". Como ha aprendido de escuchar a Ignaz Friedman al interpretar algunas mazurcas y nocturnos.

"A veces, lo más difícil es, con sencillez, hacer música. Los grandes artistas saben hacerlo", comparte De Maria.

De Maria, quien se encuentra en México para inaugurar hoy el Festival Internacional de Piano de la UNAM, entiende como una consecuencia natural de su evolución como pianista llegar a tocar y grabar (con el sello Decca) toda la obras de Chopin.

"Él hizo sonar el piano como nadie antes; tenía una manera polifónica de tocar. Diría que es el más barroco de los compositores románticos. En su música hay mucho contrapunto", define.

De Maria enseña en la Universidad Mozarteum de Salzburgo, y se vale de la literatura para hacer comprender a sus alumnos la importancia de respetar el texto. Les aconseja leer Los testamentos traicionados, de Milan Kundera.

"Habla mucho de música, de Janácek, y de cómo los intérpretes han malentendido su música. Hace también un paralelo con los traductores de novelas. Si un escritor repite tres veces la misma palabra en una frase hay una razón, pero hay traductores que buscan sinónimos para hacerla más bella. ¡No! Hay una razón para la repetición, siempre hay que partir del texto".

A pesar de su devoción por Chopin, si tuviera que elegir un compositor para tocar por el resto de su vida, sería Bach, del que grabó El clave bien temperado y las Variaciones Goldberg.

"Es la consecuencia de tocar tanto a Chopin. Después de tanta música romántica quería 'limpiar' mi alma. Y Chopin tenía predilección por Bach". Aunque De Maria no tiene más grabaciones de Bach en puerta.

Como...

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