Erigen a cuenta gotas estela bicentenaria

AutorOscar Cid de León

La hora de la comida llega alrededor de las 13:00 horas.

El sol está a todo. Cuadrillas de trabajadores abandonan el predio donde levantan la Estela de Luz, frente a la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, y se esparcen en comedores y puestos de las inmediaciones.

El monumento, una doble estela de acero y recubrimientos de cuarzo que despuntará con sus 104 metros de altura al centro de una plaza de granito gris, presentaba hasta agosto de 2010, según informes proporcionados a través del IFAI por la constructora, I. I. I. Servicios, filial de Pemex, un avance del 90 por ciento en "trabajos preliminares y cimentación". Ocho meses después, esa etapa aún no se supera, develan algunos de los obreros, aunque prefieren no hablar demasiado.

Se les ve dirigirse a un paso subterráneo que une las dos laterales de Reforma, donde diversos locales han dispuesto comedores en los que se sirven almuerzos a precios módicos, flautas de pollo, caldo de res y enchiladas verdes figuran entre los platos fuertes. Otros prefieren fritangas y quesadillas de puestos vecinos, mientras unos más se reúnen en grupos al interior del mismo predio, donde comparten lo que llevan de casa.

Con un costo de alrededor de 900 millones de pesos, la Estela de Luz fue proyectada como el monumento del Bicentenario.

Su primera piedra se puso en septiembre de 2009, para inaugurarse, según previsiones, justo un año después, pero sufrió retrasos por la falta de estudios que debieron contemplarse a priori. Luego Alonso Lujambio, responsable de los festejos como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), añadió otro año a la cuenta y anunció su conclusión en "el último tercio de 2011", e incompleta, pues la construcción de la plaza que la circundaría, recubriendo incluso una parte de Circuito Interior, se ha puesto en duda.

REFORMA buscó a la SEP reiteradamente para que informe sobre el estado actual de las obras, pero no se obtuvo respuesta. También se han solicitado entrevistas al arquitecto César Pérez Becerril, proyectista del monumento, y a autoridades de la constructora responsable. Ninguna petición fue atendida.

Los propios trabajadores consultados, una decena, se muestran herméticos, pero sí dejan en claro una cosa: nadie sabe cuándo concluirán el monumento. Unos estiman que en septiembre, otros que en noviembre o diciembre. "Uh, seguro que se va para otro año", se aventura a decir uno más. "Hablen con los ingenieros, ellos sí les dicen", zanja otro desde una de...

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