Ernesto Diezmartínez / Charlie se fue a la guerra

AutorErnesto Diezmartínez

Charlie Wilson podría ser un congresista mexicano. Está metido en un escándalo, no tiene un lenguaje muy pulido y es común verlo con un whisky en la mano y abrazando a alguna desnudista. Sin embargo -y aquí empiezan las diferencias con nuestros ilustres padres de la patria-, Charlie Wilson sabe hacer su trabajo.

No es un ejemplo de moralidad -ni lo quiere ser: no es un hipócrita-, pero sí de seriedad en su chamba. Y si se le metió en la cabeza que la única manera de ayudar a los heroicos mujahidines afganos que luchan contra el "invencible" ejército soviético es tumbar a como dé lugar a los temibles helicópteros rusos, pues habrá que tumbarlos.

Sobre un guión del especialista en temas políticos Aaron Sorkin, el versátil veterano Mike Nichols nos entrega en Juegos de Poder (Charlie Wilson's War, EU, 2007) una historia tan increíble que parece inventada por los más desaforados guionistas de Hollywood. Pero no, es verdadera: el Wilson del título en inglés fue, en efecto, el autor intelectual de la derrota soviética en Afganistán a inicios de los 80. Promoviendo un plan de ayuda militar que inició con 5 millones de dólares y que terminó con mil millones, Wilson logró derrotar a los rusos, aunque también colaboró en armar a los que años después atacarían las torres gemelas.

Como dice el agente de la CIA interpretado magistralmente por Philip Seymour Hoffman: "uno nunca sabe lo que va a suceder". El tono narrativo de Nichols es grueso, vulgar, frenético, al igual que sus tres personajes principales: el agente de la CIA que ha visto y sabe todo, (Hoffman), el alcohólico y mujeriego congresista (un Tom Hanks relajadísimo...

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