'Esto es gigante'

AutorJosé Díaz Briseño

Corresponsal

WASHINGTON.- Atrapadas entre cientos de personas a sólo metros del muro de metal que protege la Casa Blanca, un grupo de universitarias festejaba el fin de una campaña presidencial que para buena parte de los estadounidenses sabía más bien como el fin de una era.

A sólo 45 minutos de distancia del festejo improvisado frente a su residencia, el Presidente Donald Trump jugaba golf en un hotel de su propiedad en el Estado de Virginia como augurando buscar evitar los gritos que según miembros de la prensa se escuchaban al interior de su residencia.

"¡Siento como si acabara de terminar la guerra!", dijo Carol, una estudiante de derecho de la Universidad de George Washington quien llegó al centro de Washington armada de un cubrebocas y una botella de vino espumoso que compartía con otras tres compañeras en medio del griterío.

En una perfecta mañana de otoño, los grandes medios estadounidenses ya habían proyectado que Trump había perdido en su intento por ser reelecto para un segundo periodo presidencial en una campaña marcada por una pandemia, una crisis económica y fuertes tensiones raciales.

Encumbrado para intentar parar el avance del nacionalismo populista de Trump entre la clase trabajadora en los estados del llamado Cinturón del Óxido, el experimentado político Joe Biden logró, luego de una cruenta batalla electoral, detener al trumpismo en su natal Pensilvania.

"Estados Unidos nos está haciendo el llamado para organizar las fuerzas de la decencia, las fuerzas de la justicia, las fuerzas de la ciencia y las fuerzas de la esperanza para enfrentar las grandes batallas de nuestro tiempo", dijo Biden intentando resumir el mandato que tiene enfrente.

Hijo mayor de una familia venida a menos en el centro industrial de Scranton en Pensilvania, Biden marcará historia al ser el hombre de mayor edad en convertirse en Presidente de EU y apenas el segundo católico en dicho puesto, sólo por detrás de otro demócrata: John F. Kennedy.

Pero en las calles desde Boston hasta Los Ángeles, el festejo incluía una buena dosis de alivio por terminar lo que los partidarios de Biden consideran una era de alto octanaje caracterizada por la polarización impulsada por Trump desde su aparición en la escena pública en 2015.

"La primera cosa que tiene que hacer es unir a la gente", dijo Eduardo Alcázar, un ingeniero de 25 años al llegar al festejo fuera de la Casa Blanca.

"Estamos bien divididos ahora y Trump está empujando esa división; entonces, Biden...

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