Escalera al Cielo / Bibliófilos y bibliómanos
| Autor | Sergio González Rodríguez |
En el trayecto de la humanidad que ha descrito Peter Sloterdijk en su obra Espumas, las relaciones entre la pareja, las creación de espacios interiores, la figura de la esfera y la idea de la perfección, el libro ha confluido una y otra vez como concepto e instrumento.
De hecho, el libro y el aprecio a él son el núcleo de la vida intelectual a lo largo de los siglos. En esta aventura se puede distinguir cómo el libro ha crecido como un fantasma indisoluble del horizonte humano hasta convertirse en un objeto humanizado que merece tanto amor como si fuera una persona, o bien, ha accedido al estatuto de fetiche, de objeto del deseo en sí y por sí.
En una época de transformaciones culturales tan profundas como las que se viven ahora, donde la centralidad del libro ha entrado en declive para dar paso al triunfo de la imagen y de la red diseminada e inmaterial de la comunicación y la información, el libro en tanto objeto comienza a ser visto como un legado del mundo pretérito, por lo que sus poderes fantasmales crecen, así como el afecto de los letrados hacia él.
Y, al mismo tiempo, su concepto tiende a multiplicarse y a diversificarse en el universo de los gadgets u objetos adláteres que quieren instrumentar nuestra vida cotidiana hacia el futuro.
En el vértigo contemporáneo, el libro ha visto incrementado pues su poder afectivo conforme en la práctica se le abandona, al menos por parte de las mayorías emergentes dentro de los nuevos modelos educativos, centrados en lo icónico y lo sintético. Las preguntas sobre el porvenir del libro pueden responderse desde la génesis de la idea que subyace en él y de las pasiones que ha despertado en el transcurso del tiempo.
El ensayista, narrador y poeta Jaime Moreno Villarreal publica un libro espléndido para responder las cuestiones que despierta el libro y sus querencias: De bibliomanía. Un expediente (Universidad Veracruzana).
La obra es una compilación crítica de textos antiguos y modernos que hablan de los libros y el afán de estudiarlos y tenerlos.
Dispuesta su materia en capítulos, Moreno Villarreal quiso dar cuenta del proceso de civilización y cultura que implica el libro desde el medievo hasta la actualidad, y darle espacio a los clásicos como Luciano de Samosata, Cervantes o Flaubert; el aspecto moral de por medio con los ejemplos de Séneca o Tomás de Iriarte; y ha querido registrar el caso excepcional de Charles Nodier; o incluir relatos alusivos como los de Nerval o Gómez de la Serna.
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