Escalera al cielo / Exploradores cósmicos

AutorSergio González Rodríguez

Basada en las teorías del físico Kip Thorne, la cinta cuenta la historia de un piloto de pruebas estadounidense que debe viajar desde la Tierra, ya devastada por desastres ecológicos, hacia un confín de la galaxia en el que hay un agujero de gusano donde está el umbral de planetas colonizables.

Suele suceder: en algún momento, los cineastas de talento fantasean con realizar La Película, y se plantean retos tremendos. Entre los pocos que lo han logrado con el tema espacial-cósmico, se encuentra Stanley Kubrick, que hizo una obra magistral de 2001-Odisea del espacio (1968). Cerca de medio siglo después, Nolan se queda corto ante su propio desafío, y consuma una cinta de mérito, pero lejana de los logros de Kubrick.

Lo que ha desaparecido en el tratamiento de Nolan es el espesor metafísico frente al espacio cósmico, que le daba al filme de Kubrick una potencia inigualable (análoga a la que consiguió Andréi Tarkovski en Solaris, 1972). En cambio, emerge un saber que satura la cinta y se funda en la postura secular frente al universo: ni dios ni dioses existen ya, sólo están la ciencia y la tecnología que, con el concurso de la inteligencia artificial, pueden resolver cualquier problema excepto la inmensidad ignorada por el propio conocimiento científico.

Enseguida, Interstellar ofrece una trama intrincada donde el piloto-héroe abandona su hogar y a su hija, que le advierte que no debe irse, y aborda un cohete que lo llevará a una estación espacial y, de allí, en compañía de un breve equipo de exploradores, a la inmediatez del planeta Júpiter para luego penetrar, como otros antes, en el agujero de gusano. Así de simple: en un trayecto que dura años, unos mueren y el piloto-héroe sobrevivirá para confrontarse con su vida familiar y la de la propia especie humana.

La ficción de Nolan se pliega a un esquema narrativo que cubre las expectativas del progreso humano desde la postguerra, cuando comienza el auge de la industria aeroespacial y su emblema: el piloto de pruebas que devendrá astronauta, y el cual retoma los rasgos primigenios del héroe de la antigüedad por antonomasia, Odiseo o Ulises.

La segunda mitad del siglo 20 pudo construir la versión de un concepto: el Capitán Etéreo y automatizado que propuso R. Buckminster Fuller desde 1938, quien lucubró que no vamos a ser capaces de pilotar nuestra Nave Espacial Tierra durante mucho tiempo más, excepto que entendamos que es la única nave, y que nuestro destino es común: "Tendremos...

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