Escalera al cielo / Matemáticas y lectura

AutorSergio González Rodríguez

Optimismo de la voluntad, pesimismo del intelecto. La frase de Romain Roland recogida por Antonio Gramsci se ha repetido tanto a lo largo de los años que se olvida el ingrediente de activismo histórico que entrañaba en su origen.

Ahora más bien parece que se ha invertido la fórmula: se generaliza el pesimismo de la voluntad y acrece el optimismo de la inteligencia. Como si ante la fatalidad de lo que acontece en el mundo sólo quedara una postura de gozo razonado, en otras palabras, cierta resignación a la espera de que algo bueno llegue a ocurrir.

Al conversar en una cena días atrás, el editor Jorge Herralde me comentaba que durante la Feria del Libro de Frankfurt en octubre pudo advertir el pesimismo entre los editores, agentes y libreros que allá acuden con el fin de marcar las tendencias empresariales, culturales y de comunicación en torno del libro y la lectura en el mundo.

La crisis económica y el cambio de hábitos de los consumidores, al igual que el peso de la pugna económica de las corporaciones multinacionales contra el control de los Estados-Nación, entrega un horizonte aún incierto en la coexistencia entre el libro impreso y el libro electrónico, cuyo desarrollo está lastrado no sólo por el costo de los servicios en telecomunicaciones, sino por la dificultad de difundir un nuevo modelo de negocios en sociedades empobrecidas, desiguales y sujetas a la codicia corporativa.

Editores como Herralde, que fundó el sello Anagrama en 1969 y logró imponer obras y autores de calidad en un medio de alta competencia, buscan actualizar el valor cultural en torno de la experiencia, la distinción y la riqueza creativa por encima del denominador común. Esa postura les ha llevado no sólo a obtener un prestigio entre élites de lectores, sino a construir libros y trayectorias de fuerte impacto de ventas, como es el caso de Paul Auster o Alessandro Baricco, entre otros.

En cambio, las corporaciones apuestan a los éxitos de alcance global y productos multimedia. El ejemplo reciente es Cincuenta sombras de Grey, la saga erótica de E.L. James, que le ha ocasionado un buen año a Penguin Random House mediante altas ventas en todo el mundo (más de 31 millones de copias), y cuya versión fílmica ya está en marcha (en México, la trilogía novelística impactó entre el público femenino).

El propio Herralde ha develado tal proceder: "Está la edición comercial. En ese tipo de tarea hay editores especializados en coger un manuscrito más bien informe...

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