Escalera al cielo / Nostalgia de L.A.

AutorSergio González Rodríguez

Los Ángeles, la ciudad que se apropió del género noir como una seña de identidad narrativa para retratar la experiencia del exilio, la industria del cine, los negocios inescrupulosos, la lucha de clases, los marginados, el romance y el crimen, sobrevivió, como afirma Mike Davis en City of Quartz (1992), de la época de la Depresión al auge del cine durante los años 50 del siglo anterior, y revivió en las dos décadas siguientes con las novelas de Joan Didion, John Gregory Dunn y con películas como Chinatown, de Roman Polanski.

Muy poco de aquel contexto histórico-cultural queda ahora en Los Ángeles, pues su estructura urbana, al estar propulsada por la cultura del automóvil y la televisión, entró en veloz sinergia con las prácticas de la ciencia, la ingeniería, la industria militar-aero- espacial y la revolución digital de las últimas décadas.

En ese enclave, describe Sanford Kwinter en Far from Equilibrium (2008), el espacio inerte o el entorno inmóvil está excluido de la movilidad y fluidez de lo humano bajo una dinámica activa de índole electromagnética. Por ejemplo, ya casi no se puede conducir un auto por esas calles o avenidas sin disponer de un aparato de Sistema de Posicionamiento Global.

El concepto de navegación aérea se ha transferido a los trayectos terrestres en un entorno bajo constante aceleración, de tal modo que cierto impacto de ingravidez atomizada envuelve a quien está allá. El drama mismo de la supervivencia, por los cambios súbitos que imponen los contingentes migratorios, los asentamientos efímeros de migrantes, las crisis temporales de la economía (ofrecen o quitan la oferta laboral) o los sistemas de movilidad obligatoria, impregna la vida urbana en Los Ángeles.

La sensación de estar en un mundo de lo más elusivo emana del territorio físico y de la propia gente, que ha logrado una empatía exacta con el imperativo de movilidad y aceleramiento, no en balde la narrativa literaria y fílmica reciente presenta un retrato de Los Ángeles caracterizado por esos rasgos emergentes. Hay dos cintas emblemáticas de estos años: Drive (2011), de Nicolas Winding Refn, y Nightcrawler (2014), de Dan Gilroy.

En Drive, el antihéroe ejerce su oficio de conductor de autos en escenas de riesgo para las películas y, a la vez, realiza trabajos de complicidad criminal o fugas de asalto. Durante las noches, logra sus mejores destrezas. La cinta consigna las largas y solitarias avenidas de una urbe que se retrae puertas...

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