Escalera al cielo / Orgullo y humildad

AutorChristopher Domínguez Michael

Por el testimonio del campo de concentración de Buchenwald que convirtió en la esencia de su vida y de su literatura, por haber llegado a la conclusión de que el nazismo y el comunismo eran fenómenos simétricos, por el combate en la clandestinidad a la dictadura de Franco y por el abandono progresivo, doloroso de toda la herencia antiliberal y antidemocrática que arrastraba para convertirse, quizá, en el socialdemócrata perfecto, siendo como fue al mismo tiempo político español y escritor francés, cumpliendo el viejo sueño de los afrancesados, por todo eso y por tres, cuatro, cinco libros indispensables, Jorge Semprún (Madrid, 1923-París, 2011) es, en estos días, quizá, el muerto más universalmente llorado en lo que va del nuevo siglo.

Semprún fue uno de los grandes autobiógrafos y cuenta él mismo, de manera insustituible, su periplo. Los datos están, además, muy a la mano gracias a Franziska Augstein, autora de Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo (Tusquets, 2010), reportaje biográfico donde se repasa el recorrido de Semprún, uno de los nietos de Antonio Maura. La familia de Semprún salió exiliada, rumbo a París, al estallar la Guerra Civil. Educado en el cosmopolitismo, diestro en varios idiomas, Semprún habría sido profesor de filosofía de no haber ingresado al Partido Comunista y a la resistencia antinazi en Francia. En 1943, fue apresado por la Gestapo y enviado a Buchenwald, donde se convirtió en miembro de la estructura secreta que permitió a los comunistas sobrevivir a los campos y al propio Semprún salir con vida.

En 1953, se convirtió en el más eficaz de los dirigentes clandestinos del Partido Comunista Español, con el nombre de guerra de Federico Sánchez, que él grabaría en la memoria literaria gracias a la Autobiografía de Federico Sánchez (1977), uno de los best sellers de la transición española y libro clave para comprender la agonía del comunismo europeo. A principios de los años 60, rompió con el partido, abogado como era de una política de reconciliación democrática sólo adoptada tras la muerte del dictador.

Liberado de su fantástico personaje de conspirador, publicó en francés (la mayoría de sus libros los escribió en su lengua adoptiva) El largo viaje (1964), su primer testimonio de Buchenwald, al que seguirían otros, como Este domingo (1980) o La escritura o la vida (1994). Semprún cuenta la verdad y en todos ellos asegura que sólo la ficción le permitió configurar y nutrir su memoria. Escribiendo novelas...

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