Escalera al cielo / Tiempos canallas

AutorSergio González Rodríguez

En el filme Pleasantville (1998), dos jóvenes de entonces, protagonizados por Reese Whitherspoon y Tobey Maguire, podían entrar en el pasado mediante un control de televisión mágico, y transformar el infantilismo y sojuzgamiento de un pueblo donde nada sucedía con una comunidad timorata.

El director Gary Ross quiso hacer una parábola sobre el poder de la acción y la libertad participativa. Recuerdo que vi la película en las salas de cine de Plaza Universidad y salí fascinado. Aquella historia era impactante y grata. Nunca me imaginé que, casi dos décadas después, nuestros gobernantes, sus operadores y voceros irrisorios, retomarían ese relato para invertirlo: ahora pretenden restaurar el autoritarismo en el país y convertirlo en la villa placentera de la unanimidad, los buenos y los malos, la ignorancia y la sumisión. ¿Ejemplos? La omisión del Estado en la matanza de Iguala, el escándalo de la "Casa Blanca", los conflictos de interés, la imposición de Medina Mora como magistrado, la iniciativa de contrarreformas en materia de transparencia, el atropello a Carmen Aristegui ("conflicto entre particulares", ja), etcétera.

Un grupo de políticos, empresarios, comunicadores y un astronauta acaba de proponer fundar un "Instituto Imagen de México", que logre una política "interdisciplinaria y transexenal" para proyectar una "buena imagen" del país en el ámbito nacional e internacional. Le llaman enfoque "serio y realista", tanto que la iniciativa se presentó en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Adiós a la vieja idea del Instituto de México que, bajo el disfraz de propulsar la cultura mexicana, derivó en una oficina de relaciones públicas de nimios funcionarios sexenales y sus amigos. La nueva propuesta es más ambiciosa: uniría a la Secretaría de Relaciones Exteriores, la de Turismo, la de Economía con Pro México y el Consejo de Promoción Turística de México. Su fin es explotar la "marca país" bajo la mano fuerte de la Oficina de la Presidencia, capaz de realizar "todos los elementos promocionales bajo una sola imagen integrada desde el Ejecutivo federal". A Star is Reborn!

El resultado de tal empeño ya existe, pues dicha oficina, por ejemplo, recomienda excluir en la difusión de nuestra cultura al exterior a críticos de la realidad mexicana (a la que llaman estereotipos). La maniobra alega legitimidad y reconoce que está lejos de ser una "política de Estado": aunque se pretenda transexenal, es partidaria, gulp. Y, a propósito, deja fuera a la...

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