Escalofríos de horror

AutorMario Abner Colina

En el cine, el terror ha tenido miles de rostros distintos, pero pocas veces uno tan indescriptible como el que le dio Pedro Almodóvar en "La Piel que Habito".

Como científico creando un monstruo, en su 18 largometraje el aclamado realizador manchego se sumergió en la novela "Tarántula", de Thierry Jonquet. Luego, la mutó con el mito de Frankenstein, el cine de Hitchcock y el filme "Los Ojos Sin Rostro", de Georges Franju. El resultado fueron 117 minutos de cine oscuro y perturbador.

"La película es una historia retorcida que contiene bastantes sorpresas en la trama. Es horror pero tiene muy poca sangre, tintes de noir, drama, thriller y un final parecido a lo que podríamos llamar feliz", describe el español en entrevista telefónica.

Robert Ledgard (Antonio Banderas) es un prestigioso cirujano que experimenta con la piel humana, diseñando una coraza que hubiese podido proteger a su difunta mujer, quien se suicidó luego del trauma que supuso verse desfigurada en un accidente.

Su conejillo de indias es Vera (Elena Anaya), una mujer de cautivadora belleza que él mantiene encerrada en habitaciones de su mansión, y que lo atrae y lo repele al mismo tiempo.

"La película habla del abuso del poder, en este caso científico, y cómo, a pesar de esos avances de la ciencia que parecen permitirlo todo, hay algo inaccesible para ellos, que es la identidad", explica el ganador de dos Óscares por "Todo Sobre mi Madre" y "Hable con Ella".

La cinta, que debutó en el pasado Festival de Cannes y se estrena este viernes, está plagada de asfixiantes tomas en interiores, imágenes de cámaras de seguridad y una sofisticada paleta cromática con la que el cineasta se desmarca del inconfundible colorido de sus trabajos anteriores.

Almodóvar, al dirigir, jugó con sus actores cual malvado villano. A Anaya, confiesa, la sometió a escenas durísimas para sacar su mejor interpretación, y a Banderas lo obligó a decir todo lo que vivía, sentía y maquinaba con sólo los ojos, cuando su rostro es inexpresivo.

"A Antonio le llevó mucho tiempo ser ese personaje tan austero y sobrio, porque él es una persona muy expresiva. Pero tenía que vaciarlo de emociones, porque no quería remarcar físicamente la historia tan tremenda que hay detrás suyo".

A decir del español, en la película, musicalizada por Alberto Iglesias, compositor de...

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