La Escena / Cosecha de autores
| Autor | Fernando de Ita |
Por cuarto año consecutivo, se realizó en la ciudad de Querétaro la Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, esta vez con la presentación de siete autores y un número igual de directores de diversas regiones del País. Lo que comenzó como meras lecturas dramatizadas ha evolucionado a procesos escénicos en los que el público puede ver las posibilidades dramáticas y teatrales del texto con una producción minimalista de muy baja inversión. Este año, la cereza del pastel fue el seminario de Rafael Spregelburd, la pluma más visible y celebrada del nuevo teatro argentino.
Las fuentes que han nutrido el campo de la joven dramaturgia vienen de La Gruta, el Teatro Helénico, la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la SOGEM, el Diplomado Nacional de Estudios de la Dramaturgia, del INBA, más las becas estatales y nacionales del FONCA. Nunca hubo en el País tanto apoyo para la formación, la publicación y el montaje de los jóvenes autores, y aunque ellos se quejan de que no son suficientes, habría que valorar si el resultado de sus textos lo es.
La muestra tiene la gracia de acercarnos a esa valoración en un ambiente coloquial, distendido, sin intervención oficial -gracias a la discreción casi enfermiza de Manuel Naredo, titular del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes-, de modo que se trabaja de las 9:00 a las 23:00 horas en diversos talleres y montajes por cuenta y riesgo, con el gusto de quien se siente suma y no resta del convivio.
En sus inicios, las lecturas dramatizadas y los premontajes estuvieron a cargo de actores y directores queretanos de origen o afincamiento, pero este gremio no respondió al reto de ser los intérpretes o recreadores de la joven dramaturgia nacional. Se recurrió entonces a una combinación de actores y directores capitalinos y queretanos, con mejores pero no suficientes resultados. Este año, cada obra tenía su director y su elenco, no necesariamente de su tierra natal, porque el teatro de Baja California Sur, por ejemplo, es tan amateur que se invitó a un equipo creativo de San Luis Potosí, famoso por su solvencia artística, aunque esta vez, como veremos adelante, demostró lo contrario.
La gran expectativa estaba en la obra de Edgar Chías, En las montañas azules, porque su autor es punta de lanza en la experimentación formal de nuestro teatro, porque una de sus obras será producida por el Royal Court de Londres, porque es uno de los paradigmas de la narración escénica, y en virtud de que el proceso escénico del...
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