Crean espacio cultural

AutorJulieta Riveroll

Dotar de un pórtico de cristal a la casona coyoacanense de los años 30, ubicada en Fernández Leal 43, y eliminar la barda exterior que la separa de los peatones, con miras a acercar los libros a la calle, es la premisa del proyecto arquitectónico del Centro Cultural Elena Garro.

La construcción de este espacio impulsado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el cual estará conformado por una librería especializada en estudios de género dependiente de Educal, reinició a principios de junio luego de haber sido suspendida en dos ocasiones por la Delegación Coyoacán.

Desde su concepción, el Centro Cultural Elena Garro privilegia la mirada femenina al impulsar la colaboración entre las arquitectas Fernanda Canales y Saidee Springall del Villar, ganadoras del concurso para el Conjunto de Artes Escénicas de Guadalajara y autoras de libros como La Guía Barragán, y la artista visual Paloma Torres.

El proyecto arquitectónico, cuyo costo fue de un millón 880 mil pesos, se basa en el uso de materiales naturales, como piedra y madera, y en el empleo de materiales neutros, como el concreto y el cristal, y contó con la participación de los paisajistas Tonatiuh Martínez y Hugo Sánchez.

Ante la tendencia del urbanismo contemporáneo de construir pequeños guetos con muros cada vez más altos que propician la división entre lo público y lo privado, entre calle e interior, Canales optó por demoler la barda exterior, pues, además, no formaba parte del edificio original.

"Al eliminar el muro, que impedía ver hacia adentro, la banqueta se ensancha y se vuelve un pequeño parque. El terreno sale a la calle y la calle entra hacia este espacio cultural, plural y abierto", explicó.

El pórtico de cristal de triple altura en la parte frontal de la casona pretende no solamente proporcionarle iluminación natural por medio de tragaluces, sino "abrir" la librería a la calle, darle visibilidad y conseguir que quienes caminen por el barrio se sientan invitados a entrar.

"Al hacer este pórtico, la casa original queda intacta, es una fachada que casi no se ve, lo que uno percibe es la transparencia. Este marco ligero es reversible, se podría desmontar sin maltratar la casona", aseguró Canales.

La intervención también consiste en construir un edificio en la parte de atrás del histórico inmueble para instalar oficinas, baños, aulas, talleres y estacionamiento subterráneo, en el cual caben alrededor de 20 automóviles.

"Tiene una altura más baja que el...

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