El espacio más peleado de la UNAM

AutorTania Romero

Muchos alumnos que ingresaron a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a partir de 2000 no conocen por dentro el auditorio Justo Sierra, también llamado "Che" Guevara.

La mayoría, quizá, están al tanto de la controversia o han escuchado a distintos Rectores pronunciarse acerca de él, pero no saben para qué sirve o servía.

Ubicado en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), este auditorio pasó de ser sede de la Orquesta Filarmónica de la Máxima Casa de Estudios a punto de encuentro de profesores y alumnos durante el movimiento estudiantil de 1968 y parada obligada de importantes escritores.

Tuvo butacas, camerinos, taquilla e infraestructura para funciones de cine y teatro.

Hoy sólo hay gradas, un deterioro evidente del espacio, algunas luces tiradas en el suelo y la nostalgia de quienes lo conocieron antes de que fuera tomado por estudiantes e integrantes de colectivos, quienes ahora lo llaman Espacio Autónomo de Trabajo Autogestivo Okupache.

Ahí, los okupas imparten talleres, operan una cocina vegetariana y convocan reuniones de trabajo en pro de "la lucha por la justicia social".

"Podrán sembrarnos droga, pero nunca nos sembrarán miedo", dice un documento en su página web, en el que responsabilizan a la extinta Policía Federal Preventiva de las malas condiciones del inmueble.

Ese cuerpo policiaco intervino en Ciudad Universitaria (CU) en febrero de 2000 tras una huelga estudiantil que se había extendido por 10 meses. El único espacio que quedó bajo dominio del Consejo General de Huelga (CGH) fue el auditorio, o al menos la mayor parte de él, pues una zona permanece bajo resguardo del Colegio de Literatura Dramática y Teatro.

"Es como una tercera parte del auditorio. Ahora lo llamamos aula-teatro Justo Sierra. Tiene unas bancas móviles, con capacidad para unos 100 espectadores. Los okupas se quedaron con lo que era la gradería", explica Óscar Armando García Gutiérrez, coordinador del Colegio.

Una cortina de acústica que se había diseñado para separar el auditorio de la gradería y el proscenio (parte del escenario) con el fin de hacer dos eventos simultáneos quedó abajo y es lo que separa las partes.

INCÓMODA VECINDAD

Para García Gutiérrez, ha sido muy difícil la labor académica desde la parte que mantienen del auditorio debido al ruido y olor a mariguana que llegan de la zona de los okupas.

"Cuando hay clases se escucha el ruido del otro lado. Todo el humo habido y por haber fumable, cuanta yerba te puedas imaginar, pasa a...

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