Espacios llenos de historia

AutorAndrea Martínez de la Vega

El Centro Histórico de la Ciudad de México, escenario de fiestas y manifestaciones, tiene una historia que abarca varios siglos e incluso culturas distintas, lo que se refleja en su arquitectura.

Ese punto de la Ciudad, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, destaca por los vestigios de la capital azteca, por las grandes construcciones coloniales y por sus edificios públicos, a los que en tiempos recientes se han añadido una serie de propuestas contemporáneas residenciales, culturales y turísticas.

Desde el Templo Mayor hasta la Catedral Metropolitana -la más grande del continente-, pasando por la Torre Latinoamericana o el Palacio de Bellas Artes, el primer cuadro de la Ciudad se define por el diálogo entre materiales, volúmenes y estilos.

A esto se suman las propuestas a continuación presentadas, que van de intervenciones y remodelaciones de construcciones antiguas a edificaciones nuevas, y que se plantean como nuevas maneras de habitar y vivir el Centro Histórico.

ESQUINA HISTÓRICA PARA LA CIUDAD

VIVIR EN EL CENTRO

· Perú 87

· Boué Arquitectos

· Ciudad de México

Ubicado entre la Arena Coliseo, un antiguo recinto de lucha libre, y la Iglesia de Santo Domingo, este edificio, construido en 1962, fue intervenido arquitectónicamente para darle nuevos bríos.

Llevada a cabo por la firma Boué Arquitectos, la remodelación partió del uso como bodega y estacionamiento en la planta baja que en 2016 tenía el lugar, edificado originalmente para oficinas y talleres.

En la renovación se cambió también el uso de la estructura: hoy en día contiene 36 departamentos, que van de los 35 a los 38 metros cuadrados, y tres locales comerciales.

"Trabajar con esta construcción preexistente representó muchos retos, ya que hubo que generar todas las instalaciones de luz, agua, drenaje y demás elementos para convertir una estructura de oficinas en un espacio residencial", explicó el arquitecto Gerardo Boué.

Además de las dificultades de lograr una coexistencia armónica entre lo antiguo y lo nuevo, el trabajo en el Centro Histórico de la Ciudad conlleva retos relacionados con la normatividad, los horarios y la integración de lo creado o intervenido con la escala del entorno existente.

Otro punto en el que el arquitecto Boué hizo énfasis en este sentido fue el deseo de lograr una influencia positiva en el lugar circundante mediante la propuesta, que se alza en una esquina del primer cuadro de la Ciudad.

"El edificio se encuentra en el límite de lo que fue el Convento de Santo Domingo, y eso le da una ubicación histórica importante. Es fundamental crear conceptos de calidad para recuperar poco a poco la vida urbana y social de zonas que se fueron deteriorando con el tiempo.

"Es importante renovar estos edificios para crear espacios mixtos, principalmente con el componente de vivienda, lo cual ayudará a la zona a recuperar su vitalidad", señaló.

PAISAJE URBANO

El trabajo exterior realizado en la edificación incluyó la regeneración de un basamento de piedra en color claro, con lo que se evita un mantenimiento intensivo, mientras que la parte superior se dejó en blanco para obtener ligereza visual.

"La fachada estaba completamente deteriorada y el estado general del edificio era malo por falta de mantenimiento; sin embargo, la estructura se encontraba en perfectas condiciones", comentó Boué.

"A pesar de esto, se hizo un refuerzo en todas las columnas del sótano para rigidizar más su base, aunque en la obra se quitó mucho peso, ya que tenía muchos muros...

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