Espectáculo inolvidable

AutorÁngela Méndez

Admirar a un animal que pesa alrededor de 30 toneladas y mide más de 12 metros, verlo salir del mar para dar una pirueta en el aire y regresar al agua, es un espectáculo que todos deberían presenciar, al menos una vez en la vida.

Las costas mexicanas son privilegiadas porque ballenas jorobadas y otras especies marinas las visitan cada invierno. En Mazatlán, Sinaloa, la temporada terminará el 31 de marzo.

"Todo el Pacífico mexicano es zona de observación de ballenas, en específico de la especie jorobada, que se distribuye durante los meses del invierno, de diciembre a marzo, pues es su temporada reproductiva", explica Óscar Guzón, director de la empresa Onca Explorations.

El área que va de Mazatlán a Teacapan fue declarada zona de observación por la Semarnat en 2010 y es la única en el estado. Aunque Onca ya hacía exploraciones previas a esa fecha.

"En 12 años de monitoreo que llevamos haciendo, todo financiado por el turismo, hemos detectado hasta una veintena de especies de mamíferos marinos, de las cuales 18 son cetáceos: 11 son delfines y 7 son ballenas, aunque la más importante es la ballena jorobada", apunta Guzón.

Los viajeros que se embarcan en alta mar también pueden, con suerte, observar otros seres, como el tiburón ballena, mantas gigantes y especies de picudos: marlin azul, pez vela y pez dorado. Además, hay presencia de delfines, que pueden verse todo el año.

CANTOS DE BALLENAS

A las costas mexicanas llegan alrededor de unas 8 mil ballenas jorobadas cada invierno. Éstas provienen de la cuenca del Pacífico Norte, en donde se estima que viven unas 21 mil de esta especie.

Los tours de Onca llevan un hidrófono a bordo para...

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