Estampas terrenales

AutorAnaline Cedillo

Texto y fotos: Analine Cedillo

Enviada

SAMANÁ, República Dominicana.- Hablar de turismo en Las Terrenas es aludir a los viajeros que se quedaron a vivir ahí, hace más de 25 años.

Se dice que Juan "El Francés" llegó el pueblo de pescadores y agricultores en 1975, cuando la vida era realmente austera, sin construcciones de concreto ni energía eléctrica.

Aun con la falta de infraestructura hotelera desarrollada, Juan decidió quedarse y abrir el alojamiento Tropic Banana. De acuerdo con el periódico digital Las Terrenas Live, el hotel, que sigue en funcionamiento, contribuyó a modernizar la comunidad.

Junto con "El Francés" otros europeos siguieron estableciéndose en este zona costera, al noreste de le península de Samaná, fascinados por la belleza de sus playas y el estilo de vida local.

Marco -quien prefiere ser discreto con su apellido- se mudó hace 8 años a Dominicana, después de haber pasado otros 8 en Cuba. Es originario del puerto Sète, al sur de Francia, y tras su arribo abrió la tienda Mundo Puro.

Dentro de su negocio situado en la calle Duarte, la principal de Las Terrenas; entre botellas, cajas de puros y artesanías locales, lo encontramos viviendo el cliché: copa de ron en mano y fumando un cigarro en amena plática.

"La mayoría de la gente que viene aquí quiere vivir en un lugar un poco menos agitado, con sol y playa", cuenta Marco en un español cadencioso, con acento entre galo y dominicano. Aunque no todo el mundo lo soporta, asegura, y termina por marcharse después de seis meses o un año.

"Es un ambiente tranquilo, completamente diferente de Francia donde todo está bien estructurado", explica. "En muchos países de Europa te ponen en la cabeza que tienes que trabajar toda la vida y la vida no está hecha para trabajar, está hecha también para disfrutarla.

"Pienso que en República Dominicana tienen esta mezcla, la gente trabaja y disfruta de la vida".

El ambiente relajado de Las Terrenas, localizado a dos horas en carretera del aeropuerto de Santo Domingo, no es sólo atractivo para los extranjeros.

Charlie Simon, pintor oriundo de La Romana (al sureste de Dominicana), llegó a vivir a la localidad hace 11 años, por las mismas razones por las que todos salen huyéndole a las metrópolis, dice: el caos, los embotellamientos, la contaminación, el hacinamiento, la corredera y el estrés.

"Decidí mudarme después de una visita que había hecho con amigos a Las Terrenas, cuando de verdad era virgen, que no había carretera asfaltada", recuerda...

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