Evoca Cirko a Fellini

AutorJorge Ricardo

El escenario es un mar, con una neblina que viene y va hasta las primeras filas. El ruido de olas resuena en las esquinas y sogas marinas blancas cuelgan desde el techo.

Entonces aparece un marinero, un integrante de la Compañía Cirko de Mente, que la noche de sábado ha convertido al Teatro de la Ciudad en un barco.

"Festejamos 10 años de existencia y con Nao queremos decir que a pesar de los obstáculos seguimos aquí, que la nave va", dirá más tarde Andrea Peláez, cofundadora del grupo que impulsa la profesionalización del circo. Mientras, música de Schubert comienza a sonar.

La obra es un homenaje a la película La nave va, de Federico Fellini, donde un grupo de periodistas, cantantes líricos, políticos, financieros y hasta un rinoceronte viaja a echar las cenizas de una cantante muerta al Mar Egeo.

Las imágenes creadas por siete actores de Cirko de Mente, oníricas, surrealistas, tienen una clara referencia a Fellini, quien levantó la maqueta de un barco en un estudio entre 1982 y 1983: un actor cruza de un lado a otro del escenario sobre una cuerda suspendida, un malabarista vuela cinco sombreros juntos y una mujer ejecuta una danza aérea en la red de sogas blancas. Todos parecen marineros que han resistido los oleajes del mar y que actúan sin decir media palabra.

"Los gestos son el único idioma universal", dirá después Juan Ramírez, el coproductor.

Para quien haya visto la película, las referencias le serán muy claras. Están las disputas internas entre los navegantes, la recreación de sus sueños, los estallidos de la Primera Guerra Mundial, la figura de un...

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