Evoca la dictadura desde la infancia

AutorYanireth Israde

Alejandro Zambra no se presenta como el escritor todopoderoso que resuelve sin vacilar la trama de su historia. Él duda, titubea, cuestiona sus propias decisiones. Y además, comparte con los lectores sus incertidumbres, como lo hace en Formas de volver a casa (Anagrama), su tercera novela.

"Me paso el tiempo pensando en Claudia como si existiera, como si hubiera existido. Al comienzo dudaba incluso de su nombre. Pero es el nombre del noventa por ciento de las mujeres de mi generación. Es justo que se llame así. No me cansa el sonido, tampoco. Claudia", escribe el autor.

Formas de volver a casa es la obra más chilena que Zambra, nacido en Santiago de Chile en 1975, ha producido, y también la primera escrita en primera persona. Habla de la generación de quienes aprendían a leer o a dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.

"No disfrazo los datos, todo pasó, no todo me pasó, pero eso no es importante. Son recuerdos colectivos", aduce, Es un niño el que evoca esos años, un infante sin muertos que mira el transcurso de la historia como personaje secundario, y en las mismas páginas crece, se reencuentra con Claudia, una pequeña que sí sabe de persecuciones, cambios de identidad, dolor y muertos.

"Pensé que valía la pena intentar reconstruir qué cosas sabíamos y que cosas no sabíamos en esos años los niños. Al momento de escribirla fui descubriendo lo que quería contar, pero si tenía una sensación era la de perplejidad, de extrañeza...

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