Ewan McGregor: Un tipo de cuidado

AutorErnesto Sánchez

Ewan McGregor está a punto de enojarse.

El todavía no lo sabe. Pero en los siguientes diez minutos, una de las reporteras presente en esta entrevista, lo hará salir de sus casillas.

Falta un rato para que eso pase. Primero, McGregor nos recibe a cuatro periodistas en una habitación con vista a Central Park cuya decoración está para morirse de gusto.

Sillones de piel blanca, cojines peludos en rosa y verde y una enorme jarra de pink lemonade en el centro de la mesa, con sus respectivos vasos verdes de metal, crean un ambiente totalmente retro y ad hoc con su más reciente película, Abajo el Amor.

Ubicada en los años 60 y filmada al estilo de las comedias románticas de Rock Hudson y Doris Day, McGregor interpreta a Catcher Block, un irresistiblemente engreído periodista que asegura que no necesita amor, hasta que se encuentra con una revolucionaria escritora (Renée Zellweger), quien acaba de escribir un libro en el que asegura que las mujeres no necesitan a los hombres.

"La sensación de la película es como si estuviera en el aire. Es como una película sobre una película. Todo se desarrolla en un ambiente de mentira, el sexo es cómico, son personajes más grandes que la vida y el diálogo definitivamente no es como la gente se hablaba en los años 60 en la vida real, pero sí en el cine. Y este filme es un homenaje exagerado a ese tipo de cine", expresa.

"Para mí la actuación es un instinto. Yo estoy bastante familiarizado con este tipo de películas porque las vi cuando era niño. Así que cuando leí el guión supe exactamente lo que querían hacer. Quise interpretar a un personaje que le recordara al espectador lo que sentía al ver a Rock Hudson sonriendo. Y ése fue un reto más difícil de lo que pensé. Decir tus líneas con el timing adecuado, es muy complicado".

Y es que Abajo el Amor tiene la peculiaridad de ser una comedia que si bien parece rosa y romántica a simple vista, tiene un elevado grado de sofisticación en el humor, el movimiento de los actores (que parecen que están bailando canciones de Frank Sinatra cada vez que caminan), y sobre todo en sus diálogos rápidos, llenos de doble sentido e interpretados con un tono adorable. Katharine Hepburn y Cary Grant estarían orgullosos.

"Es una pena que ya no hagamos este tipo de películas", dice McGregor, quien en su brazo porta un tatuaje que lee Eve & Esther (su esposa y su hija mayor), "así que la oportunidad de estar en un estilo de filme que pensé que había pasado a mejor vida, es un orgullo.

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