Explora Castañeda mundos virtuales
| Autor | Silvia Isabel Gámez |
Internet es el reino de la gratificación instantánea, donde todos los deseos se cumplen, afirma la psicoterapeuta Marina Castañeda. Un mundo virtual que va ganando terreno a la realidad. "Ahí es donde vivimos cada vez más".
El peligro es que al transferir las expectativas que genera el ciberespacio al mundo real, las relaciones humanas van camino de convertirse en tan desechables como las virtuales. "El lema de las relaciones sociales por internet podría ser next", sostiene.
Reconocida por ensayos como La experiencia homosexual y El machismo invisible, Castañeda explora en su primera novela, Amores virtuales (Plaza y Janés) la "nueva realidad" surgida con internet.
La trama de la novela se construye a partir de una serie de paradojas. El psiquiatra Ulises Blanco recibe correos firmados por Morfeo que lo llevan a aventurarse en el ciberespacio. Cada palabra e imagen es una clave que le revela un aspecto olvidado de su vida. "Y a medida que se adentra en los mundos virtuales descubre la realidad de su existencia".
Una vida en la que pesa la ausencia de su esposa muerta, Hélene. El vínculo que mantiene con ella, la forma en que ocupa sus pensamientos, hace de este personaje uno de los más reales del libro. "Toda la novela juega sobre esta idea de presencia, ausencia, qué es real, qué es virtual".
Egresada de Letras e Historia por las universidades de Harvard y Stanford, fue por "curiosidad", dice Castañeda, que decidió estudiar psicoterapia e hipnosis. "Mis aspiraciones de juventud fueron la escritura y la música; después pasaron muchas cosas".
Durante los dos años de escritura de Amores virtuales, echó mano de tarjetas, tintas de colores, flechas, y hasta un diario, para no perderse en el argumento.
"Me sorprendió poder imaginar tantas cosas; encontré que con cierto ritmo de escritura mi imaginación fluía con una facilidad que no me conocía".
A la consulta de Ulises Blanco llega una serie de pacientes: Jaime, un celoso paranoide; Rosario, una víctima profesional; Pablo, un adolescente suicida; Irma, enganchada a la intimidad de una relación virtual. A lo largo de la novela, todos muestran mejoría.
"Existen formas de psicoterapia breve que logran cambios en pocas sesiones, no es extravagante plantearlo", asegura Castañeda. "Lo más difícil es que Blanco cambie en tan poco tiempo. Capítulo a capítulo se va humanizando, se vuelve más abierto con sus emociones, y eso le ayuda a ser mejor psiquiatra".
Después de 20 años de práctica médica, aunque...
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