Explora 'Lascuráin' patología del poder

AutorJulieta Riveroll

En el breve lapso de su mandato, Pedro Lascuráin, quien gobernó México durante 45 minutos el 19 de febrero de 1913, antes de que Victoriano Huerta tomara las riendas del País, desarrolló algunas patologías adolecidas por diversos presidentes, como la ambición de poder y el creer en la pronta solución de los problemas nacionales, según la lectura teatral de Flavio González Mello (1967) sobre ese momento histórico.

El dramaturgo tomó prestado, para dar vida a la obra Lascuráin, patrones de conducta característicos, como la megalomanía de los presidentes José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari, aunque también se inspiró en Ernesto Zedillo y Miguel de la Madrid, gobernantes "grises" cuyas gestiones en apariencia no aportaron nada.

Lascuráin estará dirigida por el mismo González Mello; aunque todavía anda en busca de financiamiento y un espacio para presentar la pieza, en la que se verá cómo un personaje puede acumular poder en tan poco tiempo haciendo realidad el anhelo de cualquier ciudadano, ser rey por un día.

"Será como presenciar un sexenio en cámara rápida, con todas las sintomatologías del poder", advirtió el autor de 1822, El año que fuimos imperio, puesta en escena que celebrará el 20 de mayo sus 300 representaciones y el hecho de permanecer durante dos años en la cartelera de la UNAM, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, un hecho "sin precedentes".

La expectativa por escuchar las conferencias matutinas de Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno capitalino, y la atracción por la pareja presidencial demuestran que, a pesar de la llamada pérdida de poder de la máxima investidura gubernamental, ésta sigue ejerciendo una gran fascinación, opinó.

Su preferencia por los temas históricos, reconoció, es inusual entre los dramaturgos de su generación. La causa la encuentra en el teatro "hiperpolitizado" y panfletario surgido en los años 70 y en textos con pretensiones didácticas que, en lugar de formular preguntas, llegaban a tajantes conclusiones.

El atentado (1957) de Jorge Ibargüengoitia y Manga de clavo (1985) de Juan Tovar son dos obras que abordaron la historia desde un punto de vista crítico; el mismo al que recurre González Mello, algunas veces a través de la parodia, 1822 es un ejemplo de ello.

"Hago referencia a la historia para volver a la actualidad, ya sea política o amorosa, no me interesan las piezas de museo", comentó el escritor, quien se vale del humor involuntario de los gobernantes y servidores públicos en sus...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR