Exportan en Filipinas a empleadas del hogar

AutorÁngel Villarino

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MANILA.- Mia Faustino renunció a su trabajo como telefonista para aprender a planchar, aspirar, cocinar platillos occidentales y a hacer camas. Su plan, a corto plazo, es encontrar un empleo como doméstica en un hogar extranjero.

A sus 26 años, Mia acude cada mañana a un curso gratuito organizado por la Technical Education and Skills Development Authority (TESDA), donde el Gobierno filipino forma a cientos de mujeres que quieren mejorar el nivel de vida de sus familias marchándose a vivir fuera de su país.

El programa, que dura dos meses, se puso en marcha en el verano de 2006 y fue promocionado por la propia Presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo.

"Nos dimos cuenta de que muchas chicas tienen problemas cuando van a trabajar fuera. A veces, les gritan o las golpean porque no están acostumbradas a hacer trabajos de limpieza profesionalmente. Aquí las formamos para que no pase eso", dijo a REFORMA Rachel de la Torre, una instructora.

"El Gobierno filipino pretende que aquellos trabajadores que quieran emigrar tengan la cualificación necesaria para no caer en manos de bandas criminales, explicó Susan Dela Rama, directora del departamento que se encarga de organizar los cursos, Llamado "Supermaid" ("Superdómestica"), el curso tiene lugar en un aula que recrea el ambiente de un hogar moderno, muy diferente a las viviendas de las participantes en el curso, la mayoría procedentes de zonas muy pobres.

Además de un pizarrón de dos metros para las lecciones, el laboratorio dispone de una aspiradora, una cocina, un encerador de suelos, camas, entre otros elementos.

"Lo más difícil para mí es hacer las camas. Me cuesta mucho porque en mi casa nunca había hecho una", reconoció Mia.

"Yo he aprendido a planchar, algo que nunca había hecho. También he manejado mi primera batidora aquí", confesó Gracia Bautista.

Paralelamente a las habilidades de limpieza, las alumnas del TESDA adquieren nociones básicas de primeros auxilios y de evacuación en caso de desastre.

Mientras se entrenan fregando suelos o poniendo una mesa con vajillas de cristal y porcelana, las mujeres afirman que el único motivo por el que cursan el programa es porque quieren marcharse de su país para ganar más dinero.

"Mis padres están solos y ya no trabajan, están retirados. Con lo que puedo ganar en Filipinas no me alcanza", aseveró Mia.

Aunque algunas ya tienen experiencia foránea, la mayor preocupación de las participantes en el curso es si se sentirán muy solas lejos de sus...

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