Ezra Shabot / Las señales

AutorEzra Shabot

Con el nombramiento de Fernando Gómez Mont al frente de la Secretaría de Gobernación, Felipe Calderón envía distintos mensajes a los diferentes sectores de la clase política mexicana. Un par de semanas previas a la tragedia en la que fallecería el titular de esa dependencia se rumoreaba sobre los posibles cambios en el equipo presidencial y principalmente sobre lo que algunos consideraban como el momento adecuado para una reorganización del gabinete con motivo del segundo año de gobierno. El destino movió las fichas en una forma inesperada. Más allá de si el eventual relevo de Mouriño era o no un elemento real a considerar, su fallecimiento provocó el cambio en la Secretaría, y con ello el envío de nuevas señales a todos los participantes.

Por principio de cuentas, el nombramiento de un nuevo encargado de la política interior del país se realiza sin un reacomodo de las demás posiciones, lo que indica que no se trata de un replanteamiento global, y sí de la profundización de la misma estrategia ahora en manos de otro personaje. Fernando Gómez Mont es un símbolo del panismo pero no del círculo selecto de Calderón, lo que abre el espacio para aquellos que dentro y fuera del partido veían a esta administración como un feudo exclusivo de los calderonistas. La cercanía del actual titular de Bucareli con un personaje como Diego Fernández de Cevallos y su experiencia como litigante en casos polémicos lo hace ver como uno de los pocos "tiburones" políticos del panismo nacional.

Si la percepción original que se tenía de Juan Camilo Mouriño al frente de Gobernación era la de un hombre inexperto y alejado del sucio y complejo entramado de la política nacional, el resultado de la negociación de la reforma petrolera y educativa demostró su capacidad gestora y de recuperación frente a los escándalos a los que la oposición lopezobradorista lo había enfrentado. Con Gómez Mont no hay lugar a dudas sobre su preparación para el manejo de conflictos y su agudeza política para presentarse como el "tiburón" que se requería en la Secretaría de Gobernación.

Durante los primeros días posteriores a la tragedia aérea, algunos políticos, principalmente priistas del nivel de Murillo Karam y Beltrones, declaraban la necesidad de que el nombramiento en Bucareli recayera en "un funcionario no panista" que garantizase la no injerencia...

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