Una fábula del campo mexicano

AutorJulia Elena Melche

La predilección del cineasta duranguense Juan Antonio de la Riva por narrar el diario acontecer de los pequeños poblados de la provincia mexicana se ha reflejado en casi toda su filmografía, desde su destacado corto Polvo Vencedor del Sol (79), Vidas Errantes (84), su primer largometraje, Pueblo de Madera (90), hasta La Ultima Batalla (93).

De nueva cuenta regresa a los temas rurales en su décimo filme, El Ultimo Profeta (99), drama que se desarrolla en el pueblito de Santa Cruz de la Montaña, donde las visiones proféticas de un niño de ocho años llamado Juanito (Luis Fernando Torres) provocan el temor y desconfianza entre los habitantes, creyendo que está poseído por el demonio o que ha sido víctima de algún hechizo.

El director parte del cuento La Muerte en el Pozo, de María Jiménez Mabarak, con guión de Sergio Vejar, para hablar del fanatismo e ignorancia que existen en las zonas rurales de nuestro país a través de una anécdota sencilla e intimista, capaz de conmover, pero también de perturbar.

Por fortuna, el relato no se pierde en efectismos para cubrir tiempos muertos. Al contrario, apuesta por una narrativa fresca que describe la cotidianeidad del microcosmos pueblerino y dramatiza las desgracias que predice el chiquillo, haciendo que todo el ritmo de la existencia de los lugareños gire en torno a sus profecías.

De la Riva captura la pasividad y monotonía del lugar, donde se pueden ver vagos y borrachos tirados en las desoladas calles, y hasta un loquito que se dedica a cazar gatos.

Con unos cuantos trazos, el cineasta concede credibilidad a los personajes, ahora más...

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