Fallece el librero mayor

AutorMaría Eugenia Sevilla y Dora Luz Haw

Mauricio Achar, el hombre que "más hizo leer a los mexicanos", que creó un nuevo concepto de librerías de autoservicio con el modelo de Gandhi, que ofreció los precios más baratos del mercado e introdujo los libros hasta en el Metro, falleció ayer por la mañana.

Debido a que sus tres hijos rehusaron hacer declaraciones, fue León Achar, sobrino del promotor y actor de ascendencia sirio-libanesa, quien informó que hasta ayer por la noche el médico no había precisado aún la hora y las causas del fallecimiento, que tuvo lugar en su casa de Chimalistac.

Desde las 20:00 horas de ayer se esperaba la llegada del ataúd a una agencia de Gayosso, donde los amigos pudieran acudir a dar el pésame a los deudos, mientras que el cuerpo de Achar fue llevado a un templo judío para ser velado conforme a la tradición, refirió Esther Tawil, amiga personal de la hija del librero, Nelly Achar.

Hace tres años, el amante del ajedrez, la música, el teatro y el arte en general, nacido en la Ciudad de México en 1937, sufrió algunos problemas del corazón que lo tuvieron en estado de gravedad, indicó su amigo, el escritor Oscar de la Borbolla.

Recordado como el comerciante que "puso los libros al alcance de la gente", Achar falleció sin cumplir el sueño que, decía, le permitiría morir tranquilo: organizar ferias del libro en las plazas públicas de todo el País para asegurarse de que los volúmenes circularan entre el mayor número de personas posible.

"Cuando el delirio llegaba al extremo, siempre comenzaba a hablar de esto y terminaba pareciéndole algo imposible, sobre todo porque los funcionarios nunca fueron lo suficientemente sensibles a su propuesta", afirmó Ricardo Nudelman, quien llevó una relación de amistad de 30 años con Achar y trabajó en Gandhi como gerente comercial.

Comerciante nato y promotor imaginativo, en 1971 se aventuró a abrir una librería que se distinguiera de las demás al incluir una galería y una cafetería, a la que bautizó en honor de Gandhi, el líder nacionalista indio.

Tres años después introdujo la venta de discos, videos, agendas y juegos de mesa. Montado en la moda de la nueva trova, abrió en este espacio un foro experimental donde cantaron Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Violeta Parra, entre otros, y montó obras teatrales con su maestro de actuación y entrañable amigo, Germán Dehesa.

"La cafetería en el interior de las librerías es ahora una práctica común, pero lo suyo fue original. Recuerdo haber visto a Juan Rulfo tomándose un cafecito...

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