El fallido rescate de Beltrán Leyva

REFORMA / Staff

Arturo Beltrán Leyva, "El Barbas", capo del narcotráfico, hizo un último intento para evitar su captura y muerte al verse rodeado por fuerzas federales en diciembre pasado.

Pero su última y desesperada jugada fracasó.

El 16 de diciembre, aproximadamente las 17:15 horas, unos 25 elementos de la Fuerzas Especiales de la Armada descendieron en soga desde helicópteros suspendidos sobre las torres del complejo residencial Altitude, en Cuernavaca.

Unos 15 minutos más tarde la Marina enteró de la operación al Ejército, pues los marinos pidieron el apoyo militar para establecer un cerco conjunto alrededor del fraccionamiento, aunque no ofrecieron mayores detalles de sus objetivos.

"El día de hoy, siendo aproximadamente las 17:30 horas del 16 de diciembre de 2009, cuando nos encontrábamos en nuestra Unidad, recibimos la orden de trasladarnos a la Avenida Poder Legislativo 215, Colonia El Empleado en Cuernavaca, a fin de proporcionar apoyo a los elementos de la Secretaría de Marina, quienes se encontraban realizando un operativo", indicó esa noche en un parte informativo la Secretaría de la Defensa Nacional.

El documento suscrito por tres oficiales del Ejército, incluido en la causa 15/2010 del Juzgado Segundo de Distrito de Tamaulipas, señala que los militares llegaron a las 18:00 horas, momento en que las calles aledañas al también llamado Fraccionamiento Punta Vista Hermosa quedaron ocupadas por unos 300 marinos y soldados.

Esa tarde, el blanco de los marinos estaba en el segundo piso de la Torre Dos.

"El Barbas", el capo más violento de los últimos años, tenía a su lado a Jesús Nava Romero "El Rojo", al joven Gonzalo Octavio Araujo Zazueta, hijo del extinto traficante Gonzalo Araujo Payán, "El Chalo", y a otros 4 incondicionales.

"El Rojo" era uno de los objetivos de la PGR por diversos motivos, pues no sólo era el hombre más importante de Beltrán en Guerrero, sino también el jefe de los secuestradores que mataron a Silvia Vargas Escalera, hallada en 2008 en una casa al sur del DF.

A las 18:00 horas, cuando ya estaban sitiados y desalojados los edificios, "El Rojo" marcó por su radio Nextel a uno de sus escoltas al que apodaba "El Tuntún", quien tomaba unas cervezas en Chilpancingo con varios compañeros.

Con "El Gusano" y Ricardo Antonio Pérez Soto, el sicario trepó de inmediato a una suburban negra y condujeron a toda velocidad hasta una casa de seguridad de Tepoztlán, donde cargaron un arsenal de armas largas y de inmediato...

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