Familias diversas
| Autor | Antonio Bertrán |
Emiliano escogió el cumpleaños 50 de su padrino Raúl para decirle: "Quiero que seas mi papá".
Raúl, hombre gay soltero, no necesitó ampararse al derecho de adopción que tienen parejas homosexuales en el DF.
Bastó con acudir junto con Paola, mamá soltera de Emiliano, ante el registro y reconocer al niño como si fuera su padre biológico.
Todo empezó la noche en que Paola pidió a su compadre y a su hermano que cuidaran al bebé de seis meses.
En la madrugada, mientras lo tenía en el regazo, el niño abrió sus grandes ojos y miró fijamente a su padrino de bautizo.
Después de ese día, Raúl quiso colaborar con el bienestar del niño, aunque Paola no tenía necesidad económica.
Por el momento, el niño vive con su madre y abuelos y los fines de semana los pasa con su papá. Las preguntas que hace se le responden con sencillez y verdad.
"Recientemente terminé una relación de cuatro años con un hombre y mi hijo entendía que era mi pareja.
"Conforme crezca, imagino que su cuestionamiento será más elaborado, veremos qué pasa, pero creo que tener una familia tan diversa lo convierte en un ser humano con mayor fortaleza e información", dijo.
La adopción de niños por matrimonios homosexuales sólo es legal en el DF y se ha planteado este año en los congresos de Colima, Guanajuato, Yucatán y Oaxaca.
Alex y Pepe tampoco necesitaron adoptar tras legalizar su unión en la Ciudad de México.
Alejandra es hija biológica de Alex, de 28 años, graduado de la Universidad de Texas A&M; fue concebida por inseminación artificial gracias a la generosidad de una "familiar" de Pepe.
En septiembre, la pareja fue noticia debido a que denunciaron que su hija fue expulsada del colegio The Hills Institute de Monterrey, Nuevo León, por pertenecer a una familia homoparental.
Para la pareja, la discriminación está focalizada; pues algunos colegios se ofrecieron para inscribir a la niña y varias familias manifestaron su solidaridad cuando demandaron a la escuela por la exclusión.
"La sociedad regiomontana no es tan 'mocha' como la pintan", dice Pepe, de 39 años y egresado del Art Institute.
Explica que continuarán el proceso legal, pues tanto el colegio como la SEP trataron a su hija "como una lámpara".
"Nuestra causa es la no discriminación. Con este asunto tenemos muchos amigos que nos apoyan, y la gente que nos quería arrastrar al oscurantismo se ha quedado atrás".
1 papá, 1 amigo y 2 hijos
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