Los fantasmas de Morelia

AutorEsther González Jacques

Enviada

MORELIA, Mich.- Anochece. El campanario de la Catedral de Morelia anuncia que son las 21:00 horas y, enseguida, el templo se ilumina; los pobladores dicen que el alumbrado atrae a los espíritus que deambulan por la ciudad, y es entonces, a unos pasos, en la esquina de Madero y Abasolo, cuando aparece un alma solitaria y ojerosa que viste un pulcro traje negro, estilizada capa y sombrero de copa.

En la mano derecha carga un candil con una vela a punto de agotar su llama; la poca luz que emite reúne a los interesados en escuchar las leyendas de la antigua Valladolid y los guía por oscuras calles empedradas para visitar edificaciones que guardan secretos de otras épocas.

El recorrido, que promete la esperanza de enfrentar a algún fantasma lamentando su tragedia, inicia en el Hotel La Soledad, el sitio de hospedaje más antiguo de la región.

"¿Se atreverían a dormir en un cementerio?", pregunta el pálido guía, "pues las paredes de este hotel están impregnadas de muerte y muchos de los lugares en los que dormirán esta noche, también lo están.

"Cuando los españoles llegaron a Valladolid en 1541, colgaron en los muros a cientos de indígenas para que fallecieran, y así sus almas cargaran de energía las construcciones".

En la habitación 107 de La Soledad también aparece el espectro de doña Fernanda, quien a medianoche ruega por reencontrarse con la hija que un día perdió; ella suele visitar a los actuales huéspedes para...

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