Farid Kahhat / El martes negro

AutorFarid Kahhat

Así por ejemplo, para Estados Unidos y Gran Bretaña las resoluciones 1463 (que los reconoce como "potencias ocupantes"), y 1500 (que reconoce al Consejo de Gobierno creado por esas potencias), constituyen el espaldarazo legal a su ocupación militar de Iraq. Para Francia y Alemania en cambio, esas resoluciones serían un intento de adecuarse a una situación hecho que no pueden revertir.

Los perpetradores del atentado contra la sede de la ONU en Bagdad parecen compartir la primera de esas interpretaciones. De hecho, los insurrectos parecen enrostrar al Consejo de Seguridad tanto su pasado como su presente: V.g., no sólo el convalidar la ocupación de Iraq, sino además el aprobar un régimen de sanciones que, según un reporte de la UNICEF, provocó entre 1991 y 1998 la muerte de medio millón de niños menores de cinco años. Pero al margen de la motivación tras este atentado en particular, cabría preguntarse por la estrategia en la que podría insertarse. Mientras continúan las acciones armadas contra las fuerzas de ocupación, en días recientes se han sucedido una serie de atentados contra una prisión, un oleoducto, un acueducto y la embajada de Jordania, además del atentado terrorista contra la sede de la ONU.

¿Qué podrían lograr acciones de este tipo? De un lado, están logrando que las fuerzas de ocupación se preocupen cada vez más por su propia seguridad, en detrimento de la seguridad de la población civil. Ello no sólo por que cada vez patrullan menos las calles para buscar refugio en sus barracas, sino sobre todo por que cuando salen a las calles virtualmente cualquiera se convierte en un enemigo en potencia. En respuesta a esa situación, las fuerzas de ocupación llevan a cabo redadas indiscriminadas que, unidas a la desprotección de la que son víctimas, podrían alienar a sectores crecientes de la población civil. De otro lado, las fuerzas de ocupación no sólo podrían ser percibidas como una fuente de amenaza antes que de protección, sino que además se mostrarían absolutamente incompetentes para restablecer cierta semblanza de orden, además de la provisión de servicios básicos. En ese contexto, otros gobiernos se mostrarían particularmente renuentes a enviar tropas, y las organizaciones internacionales (gubernamentales o no) empezarían a reducir su presencia en el país. Todo ello redundaría en un deterioro aún mayor de las condiciones de vida de la población, pero dado que Iraq es un país sometido a la ocupación de una fuerza militar extranjera...

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