En favor y en contra del derecho a morir

AutorCarlos Rubio

REFORMA/ España

MADRID.- Pocos debates en nuestros días suscitan tanta controversia como el de la eutanasia. El "hecho de provocar la muerte sin dolor a un enfermo incurable", como la define el Diccionario del Español Actual, tiene tantos partidarios como detractores.

Salvador Paniker, presidente de la asociación española Derecho a Morir Dignamente, considera que la eutanasia "es un derecho que se inscribe en el contexto de una sociedad secularizada que no cree ya que el sufrimiento innecesario tenga ningún sentido".

Gustavo Herranz, catedrático del departamento de Humanidades Médicas de la Universidad de Navarra, estima, por el contrario, que "respetar la vida terminal es parte de la vocación médica; que la eutanasia no es cosa de médicos y daña la ética de la ciencia y la medicina", y que sus premisas forman parte de una amalgama basada en sus creencias religiosas y en sus convicciones profesionales.

Con el propósito de ofrecer diferentes ángulos de discusión sobre el tema de la eutanasia "desde la base y de forma no especializada para toda esa gente que está pensando individualmente sobre ello y para que cada uno seamos capaces de madurar nuestras reflexiones y aportar datos para decidir si se está a favor o en contra", la investigadora y periodista española Carla Fibla (1973) indagó las convicciones sobre la eutanasia de una serie de políticos, filósofos, escritores, científicos, abogados, médicos y personajes de la cultura -entre ellos el filósofo Eugenio Trías, el periodista Juan Luis Cebrián, el psicoanalista Luis Rojas Marcos, el escritor Manuel Vázquez Montalbán, la filósofa Victoria Camps, el abogado Juan Alberto Belloch o el escritor Terenci Moix-, y escribió el libro Debate sobre la eutanasia, que el sello editorial Planeta acaba de publicar en España y que próximamente circulará en México.

"Pretendo que el debate se abra por debajo", dice en entrevista con REFORMA Carla Fibla. "Y que en sus casas la gente pueda saber qué piensa y cómo plantea el tema de la eutanasia un determinado número de personas de cierto prestigio social y puedan discutirlo".

La primera vez que se aplicó la palabra eutanasia, señala en este libro el filósofo Gustavo Bueno, fue en la biografía del emperador romano Augusto, quien sintiéndose envejecido y enfermo, reunió a todos sus amigos y les dijo: "He terminado la comedia de mi vida; si lo he hecho bien, aplaudidme".

"Se cubrió con el manto y murió. Suetonio dice que murió con buena muerte, eutanásicamente", cuenta Bueno. "Fue una muerte teatral, estéticamente digna, ya que él mantuvo la figura de emperador como si fuera un actor de teatro. Este es el concepto de eutanasia predicado, que es el concepto tradicional, el que da significado a la expresión griega 'morir bien'".

En las culturas asiáticas antiguas e incluso en algunas actuales, recuerda Fibla, "hay un momento en el que, cuando las personas son muy mayores o están en una situación muy decrépita, se organiza una especie de teatro de la muerte para producir al individuo un paro cardiaco".

El tema de la eutanasia cobra cada vez mayor actualidad y no deja de producir escozor en la sociedad cuando se produce. Fibla estima que ese escozor que produce la eutanasia en la sociedad "se incrementa cuando surge un hecho determinado que inmediatamente ocupa los titulares de los medios de comunicación. Entonces se dan cuatro ideas y nunca más se sabe nada, hasta que la cuestión vuelve a aparecer. Así que yo creo que no existe seguimiento, una continuidad que permita a la sociedad crear un debate básico".

No obstante, hay países que abren camino en ese debate e impulsan leyes que sirven de marco referencial...

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