Federico Estévez / Cambio de estrategias

AutorFederico Estévez

El Informe fue otro largo y sincero exhorto del Presidente a los miembros del Congreso a anteponer el interés público, el de México como país, a los intereses partidistas tan mezquinos y miopes, cuando no simplemente electoreros. Sin propuestas detalladas en el discurso, se asegura a los demás actores que las suyas serán consideradas y hasta apoyadas. Se habla en todas partes de que, ahora sí, se buscará la construcción de mayorías para conseguir las anheladas reformas estructurales, descartando los consensos amplios e inalcanzables de Santiago Creel. En otras palabras, desde el gobierno se privilegia al PRI, sin el cual ninguna enmienda constitucional es posible, y hasta se habla de corresponsabilidad, como si se tratara de cogobierno. Casi simultáneamente, se deciden relevos en el gabinete que anuncian un gobierno más claramente anclado en su propio partido, más atrincherado en la derecha blanquiazul, marcadamente más partidista.

No faltan las voces que denuncian estas decisiones como inconsistentes e incongruentes, una prueba adicional de la ineptitud del gobierno foxista. Nada de eso. Todas se desprenden lógicamente del juicio electoral del 6 de julio, que debilitó tanto al Presidente, que se ha visto forzado a cambiar la estrategia política que dominó su primer trienio.

Fox intentó gobernar desde el centro, errática e improductivamente, zigzagueando por todo el espectro, atendiendo los intereses tan heterogéneos de su coalición electoral del 2000. Empero, Fox y su partido no han ocupado ese centro desde la fallida reforma fiscal de fines del 2001. Asimismo, nombró un gabinete por encima de las ideologías partidistas, dominado por empresarios y profesionales, casi todos apartidistas y comprometidos, si acaso, con Fox pero no con un proyecto político duradero, quienes fueron complementados por algunos políticos igualmente apartidistas (como Creel) o hasta abiertamente anti-panistas (como Castañeda).

Las elecciones intermedias acabaron, de un solo tajo, con esa estrategia de gobierno. Fugado el voto útil y alejados los independientes del centro político, es tal el debilitamiento del Presidente que es impensable el negociar con el PRI u otro partido sin primero fortalecer la mano gubernamental. No en sus ratings de aprobación popular, sino desde las trincheras de su partido, pintando su raya y limitando el entreguismo que de otra manera caracterizaría a un Ejecutivo sin capital político. Acción Nacional, por su parte, ante las expectativas...

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