Federico Reyes Heroles / Obsesión

AutorFederico Reyes Heroles

¿Por qué el revuelo? Calderón, como cualquier Presidente en una democracia, tiene derecho a expresar sus inclinaciones políticas. Es imposible que deje de hacer política. Defender las acciones de su gobierno o criticar los errores de otras gestiones es hacer política. Nadie en su sano juicio puede requerirle negarse a sí mismo ese derecho. En palabras de Ciro Gómez Leyva, "Nadie está pidiendo un Calderón castrado". Eso sería lo normal en cualquier democracia consolidada. Pero en nuestra historia reciente, en la cual a diario se está construyendo una vida democrática, existe una serie antecedentes institucionales que explican el resquemor y el enojo.

La premisa es sencilla. El panismo criticó durante décadas acremente los excesos del presidencialismo mexicano. Las fronteras entre jefe de Estado y de Gobierno no se respetaban. Basta con revisar las intervenciones del 15 de septiembre en la ceremonia de "El Grito" para recordar cómo cada mandatario introducía sus héroes predilectos o eliminaba a los que gozaban de menor simpatía. Actuaban en su calidad de jefes de Estado. La expectativa era -si los gobiernos panistas hubieran sido congruentes- que con la alternancia desaparecieran esos excesos. Pero no ha sido así, de hecho se podría argumentar que se han agravado.

  1. ¿Jefe de Estado o jefe de Gobierno? Todos sabemos que las dos figuras recaen en el Ejecutivo. Eso exige una enorme cautela en el discurso presidencial. Por supuesto están las ceremonias formales en las cuales el Presidente representa a la nación y que deben ser de una total asepsia política. Pero ni siquiera en esas se ha cumplido el mandato. Fox con el crucifijo en la mano pocos minutos después de haber recibido la banda presidencial. Fox ante la Cámara de Representantes de los Estados Unidos haciendo una improcedente crítica al priismo. Calderón denostando en el exterior al priismo y de pasada al país que representa. La lista es muy larga. En 12 años, desde la alternancia, el panismo ha sido incapaz de construir un discurso de Estado que procure coincidencia nacional y armonía. Llevamos 12 años en los cuales las principales provocaciones de discordia nacional han salido de Los Pinos. Fox y Calderón son, en muy buena medida, responsables de la tensión y de la falta de acuerdos.

  2. Los territorios nebulosos. Si en 12 años ni siquiera en los actos de Estado se han sabido guardar las formas, qué decir de esas otras áreas en las cuales el Ejecutivo puede actuar y entrometerse en la...

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