Felipe Calderón Hinojosa/ Yucatán a la hora de la verdad

AutorFelipe Calderón Hinojosa

El día de hoy vence el plazo establecido en la ley electoral de Yucatán para la presentación de plataformas electorales por parte de los partidos políticos. El dato parece trivial, pero no lo es. En efecto, se trata de un paso muy importante en el proceso electoral que culminará en las elecciones del próximo 27 de mayo; en él los partidos políticos tendrán que reconocer y someterse a la autoridad del Consejo Electoral, al único que legalmente existe y que es el designado por el Trife, para presentar sus respectivas propuestas programáticas. En caso de que no lo hagan, es posible que les sea negado el registro en la contienda.

El PAN y el PRD, seguramente, se apegarán a la ley y presentarán sendos documentos ante el Consejo. Y es muy probable que el PRI, en el contumaz desacato que como facción política encabezada por el gobernador Cervera Pacheco representa, se abstendrá de presentar su plataforma política ante el Consejo designado por el Tribunal federal electoral, y lo haría ante las personas que hoy están ocupando las instalaciones del Instituto Electoral del Estado con el apoyo violento del gobernador. De configurarse este escenario, iremos a dos campañas paralelas y, eventualmente, la población tendrá que acudir a una de dos casillas diferentes, cruzará una de dos boletas, ninguna de las cuales tendrá el dato de todos los contendientes. En suma, tendrá que participar en dos procesos: uno, el legal, el constitucional, el validado por el Poder Judicial de la Federación. Otro, el espurio, el constituido sobre una monumental simulación asentada en la barbarie del último de los caciques.

Justo en el arribo del país a la democracia, un hecho que llenó de alegría al pueblo mexicano, ocurre lo inusitado. La cancelación de las elecciones por la vía de la fabricación de un proceso paralelo, al margen de la Constitución, al margen del Tribunal federal electoral, al margen del Instituto Federal Electoral, lo cual constituye un grave atentado a la democracia. Habían falseado el padrón electoral, suplantado autoridades de casilla, alterado actas, comprado el voto, pero una vez superados todos esos obstáculos por la pacífica y pertinaz voluntad de los mexicanos, ahora simplemente duplican un proceso, como mayor criminalidad y dolo que pudiese tener quien falsifica billetes de 100 pesos. Nunca se habían atrevido a tanto.

Lo grave es que la instancia creada en la Constitución General de la República para dirimir controversias por la vía de la ley es...

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