Felipe Díaz Garza / Jekyll y Hyde

AutorFelipe Díaz Garza

Dice Rubén Aguilar, el otro yo del presidente Fox, que él no corrige a Fox sino a los medios de comunicación que distorsionamos y malinterpretamos lo que dice. El doctor Aguilar, que lo es en ciencias sociales, no necesita aclarar que no corrige lo que dice el Presidente. Es evidente que el ex vocero de la guerrilla salvadoreña no le mete mano ni lápiz al discurso presidencial, pues si lo hiciera habría algún concierto en las usualmente desafortunadas vinculaciones dialécticas, por llamar de alguna manera piadosa a la prosa de Fox.

El presidente de México habla mal y no piensa mejor, a veces parece que no sabe lo que dice y otras hace como que no sabe lo que dice, con lo que la confusión es permanente. Como han sostenido todos los voceros o álter egos de los presidentes priistas del pasado inmediato, Aguilar dice que los medios de comunicación malinterpretamos las revelaciones del panista Fox. Carlos Almada solía decirme, en reclamación dizque amistosa, que me gustaba mucho decir que el presidente Zedillo se había equivocado y yo le replicaba que, si a gustos íbamos, al presidente Zedillo le gustaba mucho equivocarse, lo que a mí me daba miedo, no gusto.

No se nos puede pedir a los medios, ni a los ciudadanos en general, porque es injusto, que interpretemos, ni bien ni mal, un discurso ininteligible, cifrado para sus propios allegados, contradictorio con lo que dicen sus propios empleados y agencias y desmentidor frecuente de sí mismo, como el que verbaliza el presidente Fox. Cualquier referencia mediática a la prosa presidencial parecerá ficción intencional, ciertamente. Pero la verdad es que la ficción involuntaria del hombre de las botas es el origen real del desastre de comunicación que se da actualmente, o que no se da, entre el presidente de la República y sus desinformados presididos.

Aguilar especificó que él no corrige a Fox sino a los medios, porque su trabajo es cuidar al Presidente y evitar que los comunicadores tergiversen lo que declaró. Lo dijo en una entrevista que concedió a Grupo Reforma, ya que el vocero concede entrevistas en las que habla de sí mismo. Pues no hace bien su trabajo el incomunicador, ni hacia dentro ni hacia fuera. Para empezar, su vocería debe ser un megáfono para el presidente Fox, que Aguilar no debe utilizar para lirismos por su cuenta. Ningún vocero profesional y serio conoce la palabra "yo". Sale sobrando la primera persona cuando se trata de convertir en nota periodística a la tercera.

En segundo...

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