Felipe Díaz Garza/ O son productivos o...

AutorFelipe Díaz Garza

Desde donde se le vea es sensata y justiciera la proposición del coordinador del sector laboral del equipo foxista, Carlos Abascal, quien anunció el miércoles de esta semana que vincular los aumentos salariales a la productividad y a la competitividad será política del gobierno de Vicente Fox, durante cuyo ejercicio se aplicará la fórmula incremento salarial igual a productividad. Hace mucho que esta fórmula debió ser instrumentada como un antídoto contra la pobreza, hacia cuyo combate parece encaminada la decisión hecha pública por Abascal.

Usted sabe que, exceptuando el reparto de utilidades, que es bastante modesto y arbitrario en sus alcances y proporciones, no hay hasta ahora mecanismos legales que distribuyan justamente las utilidades de las empresas entre los factores de la producción. Me refiero a las utilidades porque éstas miden precisamente la productividad empresarial y normalmente (normal porque así se acostumbra) se convierten, en su mayor proporción, en ganancias de los propietarios de las empresas, como si ellos fueran los únicos actores del proceso del que son empresarios y como si fueran ellos los únicos generadores de la tal productividad. A los dueños suele olvidárseles que los trabajadores son también empresarios que invierten todo lo que tienen (su propio cuerpo y su vida) en las empresas en que se asocian al trabajar. A cambio de su trabajo-inversión es usual que los obreros reciban salarios que no están sincronizados con la productividad elevada.

Eso sí, la improductividad de la empresa sí es cargada draconianamente a los trabajadores, aunque no necesariamente sea imputable a ellos sino, como ocurre en muchos casos, a la impericia o a la corrupción de los que figuran como dueños o de sus empleados privilegiados, los administradores. Ligado pues su salario a la improductividad, los productores ven esfumarse el ya de por sí pobre reparto de utilidades o se ven diezmados por el despido o reajuste, como dicen elegantemente los empresarios. Estos últimos, por su parte, casi nunca empobrecen cuando sus empresas son improductivas, sino todo lo contrario. A veces hasta parece que podar sus empresas y correr trabajadores supuestamente improductivos hace crecer a los dueños en riqueza y bienestar, mientras la base trabajadora decrece y empobrece.

Por eso le escribo que es sensata y justiciera la proposición salarial de Fox. Si los trabajadores ya pagan los platos rotos de la improductividad, nada más sano y necesario que...

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