Fernando de Ita/ Teatro de papel

AutorFernando de Ita

Las catacumbas del teatro son hermosas porque basta juntar ahí a un centenar de individuos, y aquello parece una conspiración árabe. En la ciudad inmensa, un espacio tan minúsculo como el Foro, Arte Contemporáneo se convierte, de pronto, en el coliseo de la humanidad, gracias al sufrimiento sin fin de los teatreros de la Ciudad de México.

El espacio socrático que tiene Ludwik Margules desde hace 10 años en la Colonia Roma, se llenó el pasado miércoles por la noche de promesas, cronopios, famas y funcionarios del teatro, para la presentación del ejemplar número dos de la revista Paso de Gato, que dirige el dramaturgo Jaime Chabaud. El de la voz llegó algunos minutos tarde, y debió escuchar en las escaleras del foro la desgarradora carta de Teresa Rábago, que inaugura un espacio de la revista, Máscara vs. Cabellera, que se ofrece a sus lectores como un cuadrilátero para darse de puñetazos con los guantes de las ideas.

Mi amada Tere hizo bien en hacer que otra mujer leyera su carta-denuncia, porque de haberlo hecho ella, o simplemente de haber estado ahí, el dolor habría sido obsceno, el suyo y el nuestro, porque la epístola describe el desencanto de una actriz que después de 25 años de apostolado encuentra que no hay manera de seguir adelante, para un verdadero artista del teatro. Tiene razón; el teatro fue por 20 siglos la meta del actor; ahora es, como escribió la Rábago, el hotel de paso hacia el cine y la televisión.

Esta es la realidad del teatro en México y el mundo; el paso del arte al artificio, en el sentido banal de la palabra, en la dirección de fama y dinero, en el camino del consumo masivo y, sin embargo, buena parte de los discursos de la mesa de oradores, como se decía antaño, compuesta por Carlos Nóhpal, editor de la revista, Ludwik Margules, Luz Emilia Aguilar, Jaime Chabaud, Luis de Tavira y Rodolfo Obregón como moderador, se fue por el reproche a las autoridades culturales que hacen posible el paso de este gato a la letra impresa.

En efecto, estamos lejos de las iniciativas culturales de Justo Sierra, de José Vasconcelos, de los fundadores del INBA; lejos de la demagogia cultural de Luis Echeverría y los dispendios petroleros de López Portillo; y si me apuran, lejos también del último gesto imperial en materia cultural del salinato; la creación del Centro Nacional de las Artes, la infraestructura de educación artística más importante de Latinoamérica.

Dice Angel Norzagaray en un artículo del primer número de la revista, que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR