Fernando Von Rossum / Que sea la mejor

AutorFernando Von Rossum

Amables aficionados: Después del partido inaugural del miércoles, hoy se inicia realmente la temporada, para la NFL, la 93 y para mi la 34, descontando las ausencias. Y qué increíble travesía ha sido. Me tocó transmitir, todavía de estudiante, aquellos primeros partidos de la Liga Americana. Presencié la fusión de ambas Ligas. Tuve el privilegio de ver correr a Walter Payton y Barry Sanders, de apreciar el arte del mejor receptor de todos, Jerry Rice; de ver dirigir encuentros a leyendas como Tom Landry, Don Shula, Bill Parcells, Chuck Noll y Bill Bellichick; de admirar la forma de manejar ofensivas de los grandes mariscales como los hermanos Manning, John Elway, Terry Bradshaw, Roger Staubach, Brett Favre, Dan Fouts, Tom Brady, Joe Montana, Drew Brees y Aaron Rodgers, y de gozar, aún en el crepúsculo de su carrera, al mejor de todos, John Unitas. Como todos, quedé pasmado por el cañón que tenían en el brazo Dan Marino y Joe Namath, y aprendí de la callada labor a favor de los desprotegidos de tantos inadvertidos elementos de la Liga.

Presencié las atrapadas de Dwight Clark y Santonio Holmes, las patadas de Adam Vinatieri para dar los Súper Tazones a Nueva Inglaterra y, remontándonos en el tiempo, la milagrosa manera en la que el veterano George Blanda salió de la banca en los últimos momentos de siete partidos...

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