Festejan a Katz

AutorDora Luz Haw

Friedrich Katz (Viena, 1927), es un hombre a quien todo el mundo quiere, que no se mete en "grillas", es admirado por discípulos y amigos, y es respetado por su sencillez y generosidad.

Así lo describen los historiadores Ilán Semo, Guadalupe Villa, Pablo Serrano y Javier Garciadiego, quienes participarán los días 13 y 14 de noviembre en el homenaje "Del amor de un historiador a su patria adoptiva".

"Su conocimiento histórico es enciclopédico y esto le permite tener una visión comparativa que le quita el carácter parroquial a la historiografía mexicana", considera su ex alumno y amigo Garciadiego, director de El Colegio de México (Colmex), quien organizó el coloquio junto con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

El festejo, que celebra los 80 años de edad del académico del Departamento de Historia de la Universidad de Chicago, se realizará en la sala de lectura de la Biblioteca del INEHRM.

"Lo que siempre me impresiona es su don casi natural para conjugar la inteligencia con la generosidad, una suma tan difícil de encontrar en los tiempos actuales", dice Semo.

Algunos de los expertos convocados son los historiadores Enrique Florescano, Antonio Saborit, Josefina MacGregor, Carlos Martínez Assad y Lorenzo Meyer, y el sociólogo Rodolfo Stavenhagen.

Amor por México

"Con Katz se acabó la historia simple, su propuesta es una historia desde la complejidad. Una de sus grandes virtudes es su dedicación para el agotamiento brutal de las fuentes, de ahí que haya escrito pocos libros. Sus trabajos parten siempre de una visión comparativa con otros acontecimientos del mundo", señala Garciadiego.

A diferencia de otros historiadores, Katz está comprometido con México y lo ama, afirma. "Fui su alumno seis años en Chicago y nunca lo oí criticar a un alumno. Es un hombre ajeno a los pleitos y envidias, por eso todos lo queremos".

Katz logró captar lo que ningún otro historiador pudo, la idea de que la Revolución mexicana fue un acontecimiento esencialmente trágico y que la mayoría de sus artífices -Madero, Zapata, Villa y Carranza- no le dieron la espalda a la fatalidad de su destino a pesar de saber el desastre que les esperaba, sostiene Semo.

"Sobre todo en La guerra secreta en México se puede leer la cara, digamos oculta, de esa conmoción social y política, el hecho de que la Revolución propició un trauma que no acabamos de elaborar.

"Katz es de los historiadores que inauguran la era de la contrahistoria en...

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