Fidecine, fuente de recursos

AutorOmar Cabrera

Desde su puesta en marcha en 2002, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) ha contribuido en la producción de unas 225 películas, según datos del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

A pesar de eso, la semana pasada estuvo a punto de desaparecer tras una iniciativa propuesta por la bancada de Morena en el Congreso de la Unión, como parte de la búsqueda de austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El brazo de la comunidad cinematográfica se opuso y en 24 horas, con el respaldo de las cabezas más visibles en el mundo de la industria (Guillermo del Toro, Alejandro G. Iñárritu y Alfonso Cuarón), el legislador Mario Delgado, autor de la propuesta de reformas a la Ley Federal de Cinematografía, reculó y reconoció la importancia del gremio y su arte.

Fidecine fue constituido en 2001, aunque comenzó a otorgar sus apoyos al año siguiente, a largometrajes como Sin Ton Ni Sonia, Nicotina, Un Día Sin Mexicanos y la multipremiada Temporada de Patos.

El Fondo logró impulsar una docena de películas al año en promedio.

A él recurrieron figuras como Diego Luna con su primer largometraje de ficción, Abel, o Eugenio Derbez con No Se Aceptan Devoluciones, que a la postre se convirtió en la película mexicana más taquillera de la historia (15 millones 200 mil asistentes, según cifras oficiales).

Ahora, toca desmenuzar cómo se transformará este fideicomiso, pues, por si fuera poco, tendrá que absorber, a partir del próximo año, el Fondo para la Producción de Cine de Calidad (Foprocine).

EL NUEVO GRAN FONDO

Abrir la participación ciudadana, incluir todas las propuestas creativas de cine, aumentar los recursos y simplificar la tramitología serán algunos de los retos que deberá asumir el Fidecine ahora que tiene que reformularse para absorber las funciones del desahuciado Foprocine.

En unos días, María Novaro, titular de IMCINE, tendrá que proponer un fideicomiso único.

"Se debe transformar en un fondo único de producción de cine independiente y de calidad, que apoye el debut de talentos, que era algo que hacía Foprocine; el documental, el cortometraje, pero también la escritura y el desarrollo de guiones.

"Que involucre a creadores y productores independientes, no tanto a los grandes corporativos que no requieren con urgencia esos apoyos", señala Flavio González Mello, integrante del comité de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, donde ya trabajan en una propuesta paralela a la de IMCINE.

Con él coincide...

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