La fiebre del estudio

AutorJulián Varsavsky

SEÚL.- Cada noche, de lunes a lunes en el barrio Daechi-dong de la capital de Corea del Sur, una patrulla de inspectores controla que no se infrinja una ley que prohíbe estudiar después de las 10:00 p.m. en los hagwones, institutos privados de apoyo escolar. La misión no es sencilla, porque los institutos tapan sus ventanas con cartones para que no se vean luces prendidas mientras los cerebros, a duras penas, siguen funcionando. Los guardianes han descubierto grupos de chicos en la terraza de esos edificios recibiendo clase a escondidas. Y, para evitarlo, hay recompensas para quien los delate.

Los dueños de los hagwones, en alianza con las madres de los alumnos, lucharon contra esta limitación por considerar injusta la única ley en el mundo que obliga a estudiar menos.

-Igual los haremos estudiar en casa hasta más tarde y los mandaremos al hagwon sábado y domingo -alegaron las madres con el rencor de la derrota.

En 2009, Barack Obama descubrió con horror que los niños norteamericanos pasan en clase un mes menos por año que los coreanos. Y concluyó que esa no es la forma de prepararlos para el siglo XXI.

En 2012, los surcoreanos quedaron en quinto lugar en el examen del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA). Sobresalen en matemáticas y ciencias exactas, pero según Kim Myong, profesor de la Universidad Hongik en Seúl, el dato es relativo: "producimos hombres-máquina de memorizar con baja capacidad de abstracción y creatividad, una mezcla entre deportistas del estudio con robots formados en un sistema hipercompetitivo con ribetes de psicosis social". Y a esto se suma un alto costo a sopesar: a muchos, a muchísimos, el estudio les cuesta la vida".

Docentes tras las rejas

-Mi destino en la vida se define mañana: según el resultado del examen accederé a una buena universidad -afirma Ji-Woo Park mientras sale apurada de un hagwon en el barrio Gangnam, donde se respira un ambiente de nerviosismo por lo que ocurrirá mañana a las 8:40 a.m., cuando comience en todo el país el terrorífico suneung.

Un total de 650 mil 747 alumnos rindieron el pasado 7 de noviembre un examen que es secreto de Estado. Treinta y cuatro días antes, medio millar de profesores se sometieron de manera voluntaria a un régimen de encierro, incomunicados en un lugar secreto de la región montañosa de Gangwon.

En aquel recinto, pasaron más de un mes definiendo el multiple choice que evaluó las áreas de inglés, matemáticas, historia, ciencia y lengua. Al ingresar allí, los profesores pasan por un detector de metales y durante ese tiempo no pueden enviar un solo mensaje de texto o e-mail, ni hablar por teléfono. Una reja con cámaras de seguridad y cuerpos de policía vigilan que nadie ponga un pie afuera de esa prisión optativa para docentes.

Se supone que el lugar de reclusión de cada profesor es un secreto que no debe revelar ni a su pareja. Sumando vigilantes, médicos y empleados, unas 700 personas conviven en una especie de Gran Hermano con temática educativa del cual no puede salir ni siquiera la basura, que es quemada para que no se filtre ninguna pregunta del suneung. Como medida adicional, una brigada anticrímenes cibernéticos controla que las preguntas no circulen por la web.

Si un profesor de estos tiene una complicación médica, lo llevan a un hospital cercano bajo rigurosa vigilancia. Algo similar se hace si muere un familiar. A cambio reciben 10 mil dólares.

Cuatro días antes del examen, las preguntas se imprimen en un lugar secreto. Pero hasta que el último alumno no entregue su hoja, los profesores no recuperan la libertad, pasando los días restantes a pura gimnasia y ping pong.

El día D

El gran día del suneung, el país entero contiene la respiración en medio de preparativos anticatástrofe. Entre las 13:05 y 13:45 horas del 7 de noviembre, se reprogramaron 65 aviones para que no ocasionaran ruidos molestos mientras se tomaba el examen oral de inglés. También la Fuerza Aérea norteamericana con base en Seúl suspendió sus vuelos.

Miles de padres y adolescentes se concentraron en la entrada de las mil 257 sedes de evaluación recibiendo a los jóvenes con cantos de aliento.

El suneung es causa nacional. Para que el tránsito de vehículos sea fluido esa mañana, la bolsa de valores abre...

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