Las fiestas de la división

AutorKarla Garduño Morán

La dispersión, la polémica y la ausencia de una convocatoria que unifique y coordine esfuerzos caracterizan los preparativos para la celebración del Bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana.

La comisión gubernamental instalada por el presidente Felipe Calderón el pasado 8 de marzo luce rebasada. Originalmente fue encargada al presidente de Conaculta, Sergio Vela, quien creó un comité consultivo en el que participan académicos y representantes de instituciones educativas. Pero hace unos días se informó que Rafael Tovar y de Teresa -ex titular de Conaculta y ex embajador en Italia- se sumará a estas labores como coordinador de las celebraciones por parte de la Presidencia. La indefinición de operadores y de un programa concreto de trabajo ha provocado que gobiernos e instituciones ignoren la comisión y trabajen en sus propios planes.

Los gobiernos de Veracruz, Coahuila, Morelos y el Distrito Federal, entre otros, así como instituciones nacionales, como la UNAM y El Colegio de México echaron a andar por su cuenta equipos de trabajo y proyectos que implican, incluso, la construcción de obras conmemorativas.

La incapacidad del gobierno de Calderón de emitir una convocatoria que unifique a todos los sectores, gobiernos e instituciones interesadas en la conmemoración se vio reflejada en la polémica que desató el proyecto que presentó Fernando Landeros -presidente del Teletón- para las fiestas del Bicentenario. Ante la ausencia del proyecto oficial, se llegó a mencionar que Landeros sería el coordinador de los festejos, y Conaculta tuvo que desmentir dicha versión.

A diferencia de los festejos del centenario de la Independencia en 1910, en los que el gobierno totalitario de Porfirio Díaz pudo unificar las celebraciones en toda la República y proyectar la imagen de un México maduro, sin dar luces del movimiento revolucionario que estaba gestándose; a tres años del Bicentenario, los preparativos reflejan la dispersión de los proyectos en manos de gobiernos de distinto signo político.

"No es un país que tenga una idea clara de a dónde va", señala el historiador y politólogo Lorenzo Meyer. "En 1910 quienes tenían la idea clara eran sus dirigentes, a nivel de la cúpula compartían proyectos, compartían ideas sobre el futuro, ahora no hay eso. México está muy dividido, tiene una clase política dividida, polarizada en lo político y debajo de esa polarización política está una polarización económica".

La Torre del Bicentenario es quizá el ejemplo paradigmático de la polarización. Al llevar implí- cito el nombre de la celebración histórica, el proyecto arquitectónico privado, promovido por el gobierno del Distrito Federal, ha sido criticado por tergiversar el sentido de la Independencia. El pleito entre la delegada de Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, y el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, retrata implacablemente la profunda división entre dos de los partidos dominantes: PRD y PAN.

"Pensar que eso puede ser una celebración del Bicentenario, promovida por un gobierno, me parece un despropósito. Que sea una inversión privada, con una rentabilidad para particulares, me parece que eso es exactamente lo contrario de lo que debe hacer un gobierno", dice el politólogo Jesús Silva-Herzog Márquez.

El Distrito Federal es precisamente uno de los estados más adelantados en sus celebraciones; esto por la decisión política de comenzar la conmemoración en el 2008, para celebrar también la gestación del movimiento de Independencia ocurrida en 1808. La comisión encabezada por el historiador Enrique Márquez decidió focalizar sus festejos al protagonismo de la ciudad en ambas fechas históricas, para lo cual ha organizado ya algunas verbenas populares, ha puesto instalaciones interactivas en edificios públicos y ha presentado libros como el dedicado a Francisco Primo de Verdad y Ramos, ideólogo precursor de la Independencia.

"Queremos plantearle a los ciudadanos que aquí ocurrieron hechos que son muy importantes, que fueron muy importantes para el desencadenamiento de la independencia en México, incluso de las independencias en América Latina", explica Márquez.

El historiador afirma que desde su nombramiento, en abril, ha mantenido contacto para trabajar junto a instancias federales como el mismo Conaculta, IMCINE o Canal 22, pero las intenciones de colaboración compiten con las diferencias políticas entre ambos gobiernos. La disputa por el Zócalo el pasado 15 de septiembre y la mencionada Torre del Bicentenario acentúan las asperezas entre el gobierno de Ebrard y el del presidente Felipe Calderón.

También el gobierno priista de...

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