FRONTERA INVISIBLE / Filtraciones, verdades y consecuencias

AutorSergio Muñoz Bata

¿Cómo juzgar el valor ético y periodístico de las filtraciones que han puesto en entredicho a la diplomacia norteamericana y podrían poner en peligro la seguridad nacional y la vida de personas?

A estas alturas es imposible calcular la gravedad de las últimas filtraciones a WikiLeaks, publicadas en varios periódicos de Estados Unidos y Europa, y que detallan el trabajo de los diplomáticos norteamericanos en el mundo. Tampoco se puede determinar cuál pudiera ser su efecto real en la seguridad nacional y/o en las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con el resto del mundo.

En la inmensa mayoría de las filtraciones que hasta ahora han sido reveladas se tratan temas que son del dominio público. Lo novedoso es que todas las filtraciones contienen los comentarios, análisis y percepciones personales de los diplomáticos norteamericanos en su quehacer cotidiano, y que muy probablemente sean auténticos. En algunos de los documentos publicados se transcriben preguntas, a veces banales pero muy divertidas, como por ejemplo aquella que previo a una reunión entre Hillary Clinton y Cristina Fernández de Kirchner, la oficina de la Secretaria de Estado escribe a la Embajada estadounidense en Buenos Aires inquiriendo sobre la salud mental de la Presidenta argentina.

Otras, rememoran viejas rencillas, por ejemplo, aquella que acentúa la desconfianza ancestral entre árabes y persas pero le añade datos comprometedores que podrían ser potencialmente peligrosos como por ejemplo, la petición de varios jefes de Estado árabes de bombardear a Irán.

De México tampoco hay grandes revelaciones pues la labor del Ejército en el combate al narco ha sido muy cuestionada por distintas razones. Respecto al papel de la Marina en cuestiones de seguridad nacional, su eficacia ha sido probada en los hechos y ahora es apenas justo el reconocimiento que le hacen diplomáticos y militares norteamericanos. Y revelar que los espías cubanos actúan libremente en Venezuela y gozan de acceso directo a Chávez francamente no es ninguna novedad.

Otra circunstancia que impide evaluar el recuento de daños es que el diseminador de la información, el australiano Julian Assange, ha dicho que hasta el momento mantiene en secreto la información más comprometedora sobre el proceder del Gobierno norteamericano, pero que ya ha dispuesto un mecanismo que haría pública dicha información en caso de que el Gobierno de Estados Unidos decidiera hacerle daño, es decir, mantiene la secrecía de la...

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