En flagrancia / Huelgas para todos

AutorGustavo Fondevila

¿Alguna vez empezó a hacer alguna refacción en su casa y a los pocos días le tocó el timbre alguien de un sindicato? No se asuste, es muy común. De hecho, los sindicatos tienen "caminantes" recorriendo las calles todos los días para descubrir a quién mueva una bolsa de cemento sin su permiso.

Básicamente todo se reduce a dinero -como siempre-: dependiendo del tamaño de la refacción u obra le van a pedir a dinero a cambio de poner una bandera del sindicato que le haya tocado (para evitar que otros sindicatos vengan a estafarlo) y la firma de un contrato colectivo de trabajo que es un machote vacío que no sirve a nadie.

Generalmente ninguno de los trabajadores se entera de nada y si tienen problemas, tampoco hay nadie a quien recurrir.

JUNTAS LOCALES

Las juntas de Conciliación y Arbitraje como órganos públicos tienen una larga historia que comienza con la Constitución del 1917. En la Ciudad, Venustiano Carranza expidió el decreto de ley para su creación y la primera Junta Central se constituyó en el 1919 como dependencia del Gobierno del DF.

En la actualidad, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal (JLCA) tiene 17 juntas especiales con 6 direcciones generales jurídicas y sólo en el 2017 tuvo 95 mil 719 expedientes en trámite y 37 mil 476 personas atendidas.

Pero todo ese ingente trabajo en favor de los vulnerables y de la armonía entre Capital y trabajo no pueden hacer mucho frente a los timadores. Porque los sindicatos orientados a los trabajadores de la construcción no son los únicos que "operan" en la Ciudad para sacar renta de los patrones sin retribuir nada a cambio a los trabajadores. No se confunda: no son los sindicatos convencionales que defienden derechos.

Por el contrario, a la luz de una legislación tremendamente permisiva florecieron decenas de sindicatos que son meros membretes, auténticas patentes de corso para piratear a los pequeños y medianos negocios de gente que intenta salir adelante invirtiendo un poco de dinero.

Imagine la situación: usted pone una pequeña cafetería en Coyoacán, una fonda en Tlalpan o un lavado de autos en Cuajimalpa -por ejemplo- y a los 15 días le llega un emplazamiento a huelga de uno de estos sindicatos. Leyó bien, recién instalado, lleno de deudas y con sólo dos empleados a su cargo, usted ya está envuelto en un conflicto sindical.... y tiene una cita con el sindicato para negociar.

Allí tiene dos caminos y ninguno es bueno: 1) pagarles para que se desistan de la huelga, 2)...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR