En flagrancia / Muerte en el penal

AutorGustavo Fondevila

A fines de agosto pasado, un interno falleció en el Hospital General de Iztapalapa a donde fue trasladado como consecuencia de las heridas sufridas en una riña en uno de los dormitorios del centro penitenciario de Santa Martha Acatitla. El hombre fue apuñalado cinco veces por otros internos antes de morir. Esta muerte se suma a la del mes de julio en el Módulo de Seguridad del Reclusorio Preventivo Varonil Sur donde otra riña entre dos grupos de ocho internos produjo un muerto y tres heridos.

Los reclusorios de la Ciudad están lejos de las cifras de la colonia penal Islas Marías con 12 muertos a principios de año, del penal de Iguala (Guerrero) con 9 muertos el año pasado, o del Centro de Ejecución de Sanciones penales de Altamira (Tamaulipas) con 21 muertos en el 2012. Pero aún así tienen una larga lista de riñas y motines jalonadas con muertes.

LOS NÚMEROS DE LA VIOLENCIA

Los reclusorios del DF son lugares inseguros y violentos. Para darle una idea, de 2008 a 2012 murieron alrededor de 400 internos a un ritmo de 100 muertos al año y uno cada tres días.

Alrededor del 30 por ciento fueron homicidios y suicidios en un lugar que se supone vigilado y controlado, dentro de una institución que tiene la obligación de garantizar la vida de los internos. A pesar de dicho control, los reclusorios muestran una tasa de homicidios carcelarios de 11.05 excluyendo los suicidios que son un capítulo aparte dentro de esta violencia.

Ya en la época de Luis González Placencia al frente de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF), se abrieron 19 indagatorias de oficio bajo la sospecha que estos "suicidios" eran en realidad homicidios perpetrados por la propia autoridad o bandas criminales que operan en el interior de los penales. Sobre todo, porque todos los "encorbatados" se "suicidan" en lugares a los que no tienen acceso (como los túneles) y además, porque casi todos los suicidios siguen el mismo patrón. Sin contar con que regularmente se trata de internos involucrados en las redes de trata o bien, que denunciaron dichas redes.

Pero homicidios y suicidios son sólo la muestra más visible de un clima de violencia intensa y brutal donde las cárceles del Estado de México y el DF aparecen como las más salvajes de la región (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013).

Con números que reflejan una altísima percepción de inseguridad...

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