Fobias y filias sexuales

AutorVivianne Hiriart

Todas las personas pueden tener preferencias distintas cuando de sexualidad e intimidad se trata. A algunas les encantan los besos apasionados y húmedos mientras que otras prefieren un poco más de delicadeza o hay quienes disfrutan enormemente el contacto con las orejas y personas que no lo toleran.

Así también, algunas personas disfrutan la presencia de objetos o de imágenes durante el acto sexual, mismos que se transforman en elementos importantes para la excitación. Y si bien estas diferencias son parte de la diversidad que nos caracteriza, también hay extremos que se pueden transformar en problemáticos y limitantes.

Las filias

Las filias suelen ser más conocidas, especialmente por sus casos extremos. Como el voyerismo, es decir, el gusto por ver, que llevado al extremo se traduce en personas que espían tras la cerradura o que usan un telescopio para ver a los vecinos y que, sólo a través de mirar a otros en actividades sexuales logran un alto grado de excitación.

O el exhibicionismo, conocido por los casos de hombres que muestran sus genitales a las colegialas a la salida de la escuela o las mujeres que gozan intensamente al ser vistas desnudas o en posturas provocativas; y el frotismo, más conocido por aquellas personas que frotan sus genitales en medio de los tumultos o en el transporte público que por su nombre.

Pero sin llegar a esas manifestaciones o que se transforme en un elemento sin el cual la excitación y satisfacción sexual son imposibles, la gran mayoría de las personas disfruta en mayor o menor medida de ver a su pareja desnuda o de ser vista cuando tienen relaciones sexuales y de las caricias en ese contexto.

Pero ¿qué pasa cuando en lugar de ser algo estimulante se transforma en un miedo y rechazo anormal e injustificado a ciertas partes el cuerpo o prácticas?

Las fobias

Quizá la asociación más común a las fobias son el terror a los insectos, a los espacios cerrados o a las alturas. Sin embargo, también existen el miedo a los órganos sexuales, a cierto tipo de contactos o incluso a cualquier tipo de expresión sexual. Sí, así es.

La eurotofobia es el miedo injustificado, anormal y persistente a los órganos sexuales femeninos y también se le conoce como colpofobia. Es una condición que presentan algunos hombres y que, por supuesto, les ocasiona problemas si es que su deseo es establecer una relación de pareja con una mujer.

La contraparte femenina es la falobofia, que es cuando la mujer siente pavor y por consiguiente...

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